tras la marcha de rubalcaba
Zapatero parchea su Gobierno sin aclarar cuándo convocará elecciones
José Luis Rodríguez Zapatero parcheó la marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba, nombrando a Antonio Camacho como ministro de Interior, a José Blanco como portavoz del Gobierno y a Elena Salgado como vicepresidenta primera. Eludió concretar cuándo convocará elecciones.
I.I. | GASTEIZ
Mientras los ministros se enteraron en la misma rueda de prensa del viernes de la decisión de Alfredo Pérez Rubalcaba de dejar el Gobierno, el Rey de España conocía desde dos días antes, el miércoles, los cambios que había previsto José Luis Rodríguez Zapatero para su sustitución. O, al menos, eso dijo ayer el presidente del Ejecutivo, en su breve comparecencia para explicar cómo queda su Gabinete tras la marcha del polifacético candidato del PSOE.
Para sustituir al ministro de Interior, eligió al número 2 de Rubalcaba, Antonio Camacho, de quien Zapatero destacó su «dilatada trayectoria en el ministerio, en el que ha cosechado grandes éxitos, especialmente en la lucha antiterrorista». También valoró su amplio conocimiento de la cartera.
Las funciones de portavoz -en las que Rubalcaba no ha estado ni nueve meses- las realizará el actual ministro de Fomento, José Blanco, quien según el presidente «conoce bien la acción global del Gobierno y tiene una confianza muy directa conmigo». Zapatero y Blanco iniciaron juntos el liderazgo del PSOE tras el congreso de 2000 y harán de la mano este último tramo de gobierno.
El presidente anunció también que las tres vicepresidencias actuales quedan reducidas a dos, la de Asuntos Económicos, de Elena Salgado, y la de Política Territorial, de Manuel Chaves. En ausencia de Zapatero, será Salgado quien presida los Consejos de Ministros.
Elecciones
En el breve turno de preguntas que se abrió tras el anuncio, hubo dos que directamente trataron de saber si Zapatero aspira todavía a agotar la legislatura, convocando elecciones en marzo, o las adelantará al 27 de noviembre, como auguran medios próximos al PSOE. El presidente eludió dar respuestas tajantes, y no habló de plazos, sino de cumplir compromisos y hacer frente a las prioridades de «mantener la estabilidad, ganar la recuperación y crear empleo».
Como cabía esperar, el PP criticó el cambio, cuyo único fin, dijo, es «que el Gobierno siga en pie», y exigió elecciones anticipadas. Desde el PNV, Josu Erkoreka se sorprendió de que como portavoz hubiera sido nombrado José Blanco y no Ramón Jáuregui, como había venido sonando porque hay cierta «tradición» de que el puesto recaiga en el ministro de Presidencia. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, lamentó la oportunidad perdida para reducir el número de ministerios.
Desde ERC, la pregunta fue «cómo el Gobierno piensa hacer compatible lo que dice Rubalcaba con lo que hace el Ejecutivo cada día». También el BNG se sorprendió del «ascenso» de Elena Salgado, que hace lo contrario de lo que dice el ya candidato del PSOE.
A Zapatero le preguntaron si esperaba «algo de ETA» en lo que queda de legislatura, lo que el presidente del Gobierno aprovechó para decir que «está más débil que nunca» y que «no se puede vaticinar lo que hará ETA» pero sí que «nosotros le vamos a seguir persiguiendo».