TOUR 2011
Una primera semana que ha sido decisiva por las caídas
Joseba ITURRIA
El Tour siempre se ha caracterizado por tener una primera semana de tensión y dos decisivas. Pero este año la primera mitad ya ha resultado decisiva porque ha eliminado a favoritos como Vandenbroeck, Horner, Brajkovic, Wiggins y Vinokourov y ha dejado tocado a otros por las caídas. Casi todos los favoritos menos los Schleck, Evans y Samuel han salido golpeados y a partir del jueves se podrá ver la respuesta de los organismos.
Los dos equipos que han salido reforzados son los que mejor han evitado las caídas. Leopard y BMC. Con ciclistas de experiencia como Cancellara, Voigt, O'Grady e Hincapie, han arropado bien a sus líderes y Evans y los hermanos Schleck llegan con ventaja de tiempo, un minuto y medio con sus principales rivales, pero también en el plano físico.
Es muy raro ver en lo más alto del podio de una gran vuelta a un corredor que se ha caído varias veces. En los años que han dominado Indurain, Armstrong o Contador nunca se caían, siempre iban bien colocados, con una suficiencia y una lucidez que les permitía evitar los percances.
Las dos importantes de Contador han estado provocadas por errores suyos. Es difícil correr un Tour tras ganar un Giro. A Menchov le pasó algo parecido tras ganar el Giro del Centenario y Basso también se hundió el año pasado. Contador es el mejor para las grandes vueltas, pero nunca se ha encontrado en esta tesitura. Y el año pasado llegó a la montaña con 40 segundos menos de desventaja y sólo el tiempo perdido por el salto de cadena de Andy le permitió ganar.
Por eso los Schleck están ante su mejor oportunidad de ganar un Tour en el que se ha abierto un debate para ver qué se puede hacer para evitar las caídas. Se pide que el Tour circule en la primera semana por carreteras más anchas, pero la propia dimensión de la prueba, con su caravana publicitaria, obliga a cerrar por cinco horas todo el recorrido y eso dificulta circular por carreteras nacionales. «Si no podemos ir por las carreteras departamentales es imposible organizar el Tour», sentenciaba uno de los organizadores cuando se le cuestionaba por la estrechez de la ruta en la etapa de Cap Fréhel.
Al margen de los accidentes inadmisibles de la moto y del coche, los ciclistas centran sus críticas en ellos mismos. Piden al pelotón que circule con más precaución, pero la tensión es grande y la solución no es sencilla porque todos los equipos que acuden al Tour se juegan buena parte de la temporada, llegan al 100% de forma y todos tienen un líder, para la general o un sprinter, al que sus compañeros intentan llevar protegido. Y no hay carretera que pueda asumir tantos corredores que quieren ir delante. Por eso el año que viene se repetirá lo mismo y la primera semana volverá a ser más decisiva de lo que se suponía.