Crisis de la eurozona: del problema al desastre
La reunión de los ministros de Finanzas de la eurozona y altos responsables de la Unión Europea debía girar sobre el segundo paquete de ayudas a Grecia, así se había anunciado. Pero desde el viernes la atención estaba fijada en Italia, tercera economía de la moneda única. Y la sacudida llegó ayer a los bonos de deuda, no sólo italianos sino también del Estado español, llegando al máximo histórico desde la creación del euro. Hoy, ambos estados pagan el doble que Alemania en intereses por el dinero que piden prestado. Mientras tanto, los «tres gigantes» -Moody's, Fitch y Standard & Poor's- que monopolizan el poder de las agencias de calificación, continúan atacando a Portugal e Irlanda, sembrando dudas sobre su solvencia para pagar las deudas, y la «voluntaria» contribución de la banca a los rescates, como exige Merkel, será cualquier cosa menos sustancial. Con todos estos frentes abiertos, la escalada en los acontecimientos y las turbulencias financieras han empeorado dramáticamente en la Unión hasta llegar a un punto de ruptura.
Los responsables de la UE se apresuraron a decir que el encuentro de ayer no se trataba de una «reunión de crisis». Pero es precisamente eso lo que fue. La eurozona es testigo de una crisis de su deuda que ya ha abandonado la categoría de problema y se adentra en la del desastre. Con un mecanismo de rescate que hace aguas en Grecia -que representa apenas un 2% de la economía de la eurozona-, y con Italia y el Estado español ya técnicamente en parámetros de rescate, las bolsas caen y el euro pierde valor irremediablemente, de modo que el espectro de un colapso de la moneda avanza amenazante.
La periferia de la eurozona, con una deuda pública enorme y una recuperación económica -en el mejor de los casos- lenta, debe enfrentarse a un dilema: o continúa ahogándose en una crisis cuyo final no se intuye, o sale de la «lista negra» y deja de sucumbir al dictado de los acreedores, recupera su soberanía, renegocia la deuda y deja de pagar ciertas obligaciones como vía para estimular las economías y la creación de empleo.