Las bolsas se hundieron ayer con estrépito en medio de una tormenta de malas noticias. En Europa, la crisis de la deuda soberana se cobró una nueva víctima: Italia. Tras los destrozos provocados en Grecia, Irlanda, Portugal y el Estado español, los inversores dudaron de la credibilidad de Italia con una rápida y generalizada subida de la prima de riesgo. Detrás de este vendaval de descrédito se encontraban el miedo a la fragilidad de sus bancos, que podría ser desvelada con los nuevos test de esfuerzo del próximo viernes. Además, se producía una reunión de urgencia para valorar la situación de Grecia, donde podría admitirse hasta el impago, segín diversos rumores difundidos ayer. Al otro lado del Atlántico tampoco se pueden descuidar, máxime después de las dudas mostradas por la OCDE sobre su recuperación económica y de la falta de acuerdo para elevar el techo presupuestario. Por tanto, se dieron todos los ingredientes para una bajada perfecta, en la que todo estaba en contra. El Ibex, en su segundo peor balance diario del año, se desplomó un 2,69%, hasta los 9.670,60 puntos. El mismo miedo al desastre recorrió París (-2,71%), Francfort (-2,33%) y Londres (-1,03%). En el Ibex, con todos los valores en rojo, se significó el derrumbe del sector bancario: BBVA bajó un 4,06%, Santander un 3,16%, Caixabank un 5,29%, Sabadell un 3,97%, Popular un 4,28%, y Bankinter un 3,08%. En París no fue distinto y los bancos marcaron la pauta con enormes caídas. Crédit Agricole se hundió un 7,66%, BNP Paribas un 6,75%, Axa un 6,59% y Société Générale un 5,70%. Todos acabaron con pérdidas.