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El thriller como excusa para aprender y disfrutar haciendo cine

Michael Jackson le puso música en los ochenta y, según apuntan los expertos, el thriller o el suspense, como género cinematográfico, está más cerca del suspenso -se rueda poco- que del aprobado. Directores y alumnos charlan sobre ello en el taller de cine de BizBAK.

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Ane ARRUTI | LEIOA

«Sigue habiendo gente que piensa que este país no ha cambiado, que no hay delincuencia internacional, que no hay asesinatos, que no hay corrupción... Y yo creo que, para hacer este tipo de cine, no tenemos por qué mirar a ningún lado: tenemos la casa llena de mierda para hacer ficciones plenamente contemporáneas», explicó ayer Enrique Urbizu, director y guionista bilbaino. Él, junto a Borja Cobeaga, Kepa Sojo, Juan Pascual, Elena González y Patxi Urkijo, participa como profesor en el taller de cine que, por cuarto año consecutivo, se realiza dentro de los cursos de verano Bizkaia Bilbao Arte eta Kultura (BizBAK) de la UPV.

A pesar de contar con todos los ingredientes, según Urkizu, en el Estado español el thriller no goza de buena salud. «Los productores desconfían mucho de él como género, mucho más que de la comedia o del cine social, incluso del terror», apuntó. Además, según el director bilbaino, el thriller americano «está muy volcado en el cine de acción. Los thrillers como para adultos, serios, densos, de información... se hacen pocos, buenos, pero pocos».

Compartiendo experiencias

El curso, que este año se centra en el thriller italiano y en el que participan cerca de cuarenta alumnos, tiene una parte teórica y otra práctica, que consiste en filmar un cortometraje por grupos. Los encargados de dar las clases magistrales son los que después guían a los alumnos en sus proyectos.

Ayer por la mañana fue Urkizu el encargado de la teoría. «Hemos estado hablando de problemas que planteaba mi última película, el guión... Desde el lado docente y desde mi punto de vista como cineasta, creo que son necesarias estas cosas. Yo nunca estuve en una clase así».

Otro que repite como profesor es el laudiarra Kepa Sojo. «Es muy bonito empezar con los jóvenes a grabar e intercambiar experiencias», reconoció a la vez que mencionaba que es una gran satisfacción escuchar nombres de alumnos que participaron en el taller en los palmarés de distintos festivales, como es el caso del gasteiztarra Paul Urkijo. Y es que los alumnos se toman en serio las clases. «La primera vez que vine a este curso me lo tomaba como vacaciones, pero me di cuenta que trabajaba más aquí que en mi día a día», aseguró Borja Cobeaga. «Me gusta bastante dar clase y lo más interesante es el feedback que tienes con los alumnos y, sobre todo, con otros profesores. Me siento un alumno más cuando recibo la clase».

Además de la docencia, los directores demostraron que no descansan en su quehacer diario y adelantaron algunos detalles de sus proyectos: Urkizu, tras ocho años sin dirigir, estrenará en setiembre «No habrá paz para los malvados», «un thriller de investigación puro y duro», y prepara otro largometraje sobre la vida de Francisco Paesa; Cobeaga está escribiendo un guión por encargo; y, Sojo espera empezar en octubre a rodar su cortometraje de «comedia bruta».

TEORÍA Y PRÁCTICA

Los alumnos reciben clases magistrales de conocidos directores, intercaladas con sesiones prácticas en las que ruedan un cortometraje por grupo.

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