GARA > Idatzia > Kultura

Los sanfermines vuelven a nacer cada día

Esta es una fiesta gigante

Se ha ido el gentío, pero Iruñea sigue levantándose por la mañana con ganas de más San Fermín. La comparsa y los kilikis retoman la fiesta llevando tras de sí a centenares de niños.

p057_f01_101x101.jpg

Aritz INTXUSTA | IRUÑEA

Mientras unos se recogen tras una noche inconfesable -que los ha dejado hechos puro escombro-, a mediodía la ciudad vuelve a nacer al estilo ave Fénix, otro día más, para darlo todo. Hay muchas formas de vivir los sanfermines: a través del cubata, de la cerveza, del marianito, pero también del mosto y de los refrescos: con ojos de niño. Cada mañana, los bares vuelven a llenarse de pintxos, de bullicio, y es buen momento para cumplir con los vástagos, esos que se han repartido, en la dura negociación previa al estallido del chupinazo: «este día tú, el otro yo y el tercero para la amona».

Lo cierto es que, con quien mejor se lo pasan los txikis, además de con el perrico piloto de las barracas, es con los más viejos de la ciudad. La Comparsa de Gigantes y Cabezudos celebró el pasado año su 150 aniversario. ¡Ahí es nada! Pero por ellos no pasa el tiempo. En su año 151 siguen siendo igual de puntuales y, con una formalidad casi única en estas fiestas, recorren las calles que les tocan. Aunque, eso es cierto, no se disfruta plenamente de la comparsa hasta que no pasan los primeros días y, sobre todo, el fin de semana.

Una vez que las calles de Iruñea se vacían del gentío, los niños siguen a placer a los gigantes de cuatro metros que salieron de la fantasía del agote Tadeo Amorena en 1850. De esta forma, pueden provocar al zaldiko y salir corriendo sin que sea imprescindible grabar al niño el móvil de sus padres en el brazo con tinta indeleble.

La tradición de una comparsa de gigantes en Iruñea es anterior a las figuras actuales. Documentos acreditan que existía una comparsa en el año 1600.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo