Se imaginan un canal de televisión dedicado veinticuatro horas a hablar de proyectos, historias, detalles de la NASA? Pues existe. Lo estoy siguiendo desde este lugar de la tierra donde me hallo que, por cierto, está relativamente cerca de Cabo Cañaveral. Se cumplen aniversarios, se celebran hitos históricos, se hace una propaganda constante de una idea de conquista del universo que en esta situación económica general, no tiene una aceptación popular tan arraigada como hace unas décadas, cuando los satélites eran bombas de destrucción masiva de la moral del enemigo con el que se mantenía la llamada guerra fría.

Soviéticos y norteamericanos competían por llegar antes más arriba, más lejos, como estrategia de poder y dominio hegemónico. Hoy son socios imprescindibles para continuar con esta aventura espacial. El dinero no es infinito. Los logros, más allá de lo militar y algunas cosas de las comunicaciones, no los sabemos detectar en la vida ordinaria. Ser astronauta no debe ser uno de los deseos mayoritarios entre los niños de todos los mundos. Es algo intangible, aleatorio, no curricular. Por eso este programa donde se muestra todo lo que hay por detrás, dentro, fuera, donde se reviven escenas casi de cine, siendo, dicen y aseguran, reales, de las naves, de la estación espacial.

No obstante con el mismo mando a distancia no se encuentra con un programa incalificable. «Hunters» se llama, pero uno de los episodios visto, de muchas horas de duración, se dedicaba a mostrar la caza de ciervos en páramos y montañas preciosas, con arco. Sí, con arco. Un arco sideral, de esos modernos que parecen herramientas de precisión, pero los cazadores se aproximaban a las presas a caballo, protegidos por los mismos, como si fueran indígenas. Imágenes muy buenas, un programa televisivamente potente, rodado en montañas canadienses, con individuos que defienden una idea de la caza más rudimentaria, según ellos menos agresiva, que nos dejan, otra vez, cavilando sobre la propia televisión y sus posibilidades. La diversidad de proyectos que pueden concurrir para entretener o aficionar a las cosas más inverosímiles. ¿Hay gente para sostener económicamente todo?