Irun regresó el pasado fin de semana a la época romana con la segunda edición del festival Dies Oiassonis; unas jornadas de reconstrucción históricas que congresaron a más de 2.500 espectadores a pesar de la lluvia y el mal tiempo.

Entre las actividades que tuvieron lugar se encontraba la Navigium Isidis, una procesión dedicada a la diosa Isis en la que desfilaron más de cien figurantes en un recorrido entre el museo y el canal de Dunboa y que tenía por objeto botar una nave votiva con ofrendas para pedir la protección de la diosa frente a las duras condiciones de la navegación. La ceremonia se reconstruyó con todo lujo de detalles resultando, además de vistosa, muy didáctica, según los organizadores.

Una partida de legionarios, con sus mandos y estandartes, recorrió los alrededores del museo; hubo también un banquete con menú romano, un concierto de música romana en la iglesia del Juncal e incluso una pelea entre gladiadores. Las jornadas contaron, a su vez, con reconstrucciones como la navegación de réplicas de embarcaciones antiguas en el canal de Dunboa y talleres de pintura al fresco.