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ENTREVISTA | JAVI URIARTE, Bajista de Arenna

«Las etiquetas limitan, pero no nos molesta en absoluto el término stoner»

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Pablo CABEZA | BILBO

Arenna es un quinteto de Gasteiz enganchado al rock de los setenta visto desde lo más alto de la cuerda que traslada a Celedón. Son jóvenes y veteranos, sabios y curiosos, por lo que viven entre las cenizas del pasado y las brasas del presente.

Si al lector le suena el stoner, ese es su mundo, aunque la sicodelia, el space-rock y los tripis virtuales que brinda «Beats of Olazuri» valen también como contenedores del concepto Arenna.

Si sobraran las etiquetas, si las palabras se quedaran en pelotas, esto sería rock con el alma vagando por el crudo rock de finales de los sesenta y primeros setenta. No obstante, el detonante del revival de este tipo de sonoridad puede corresponderle a una banda californiana, surgida a finales de los ochenta y expandida desde la siguiente década, Kyuss, habitante de Palm Desert, con no más de 50.000 habitantes, y situada en el estado de California. Su proximidad al desierto, la creencia del poder de la arena infinita con sus viajes repletos de THC, sugirieron que esta sonoridad expansiva, volátil, gruesa, también podía llamarse desert-rock.

En cualquier caso, la cuestión es valorar el soberbio trabajo de Arenna, sus seis canciones, más un tema oculto (nueve, en la versión doble vinilo), por encima de todo tipo de comparaciones, antecedentes o etiquetas. Todo sirve para arropar y contextualizar, pero el consejo es dejar que la aguja recorra los surcos, que el láser lea los pits y los land, las colinas y los llanos, del compacto o que el directo embruje el ambiente. Ahí se olvida la teoría y comienza el perturbador viaje iniciático hacia el espacio o la tierra, la evasión o el colapso..

«Beats of Olarizu» es uno de los discos del año, por lo que no extraña que el sello alemán Nasoni, especialista en este tipo de sonidos y con quince años de experiencia, les haya editado y publicado en compacto y vinilo. No es sencillo recorrer el mundo, ni siquiera Euskal Herria, con este tipo de sonoridad, pero, en todo caso, en el amargor de la copa siempre quedarán los hechos, el orgullo de haber compuesto y dado vida a un álbum sicotrópicamente mágico.

Arenna caminan a ritmo medio, con unos cuantos semitonos por debajo del sonido de las cuerdas y con el objetivo de sonar más grave y profundo de lo habitual. El ritmo envuelve con sus gruesas notas, los acordes arrastran la voluntad y los cautivadores riff de guitarra abren las compuertas a la serotonina. La voz busca un plano en el que situar algún estribillo rebelde y quedón, tarea nada sencilla en este estilo. Es lo que ocurre en los desarrollos de «Morning light», «Receiving the liquid writings» y «Fall of the croses», que pronto captan la atención de los sentidos. No obstante, falta por llegar una de las obras maestras del disco, «Eclipse», de 11 minutos. Un tema electro-acústico, vaporoso, con el apoyo de teclados y con un resultado final espectacular.

La historia continúa con «The strangest of lives», otra pieza voluminosa, pervertida, repleta de confidencias y un tono grunge vocal que une dos estilos con similares raíces. El corte es parte de otra misión interestelar, como las aventuras de unos adolescentes Pink Floyd incorpóreos. Casi sin posibilidad de percibirlo, los siete minutos de «The strangest of live» se unen a «Metamorphosis in ic (0,9168g/cm cúbico)», corte que ocupa una cara entera del vinilo y que profundiza en la sinestesia sonido/imágenes. La pieza maestra vuelve a tomar el timón de la nave. La Tierra se percibe lejana. La ingravidez convierte al oyente en frágil papel al servicio de cualquier fuerza externa. El sicoanálisis podría servirse de estos surcos, la sicoterapia desdeñada. No es posible aterrizar, Arenna no va sobre ruedas.

Arenna son, en la actualidad, Kike Gaspar (guitarra), ex 65 Dodge (1996-2004). Javi Uriarte (bajo), ex 65 Dodge (1996-2004) y músico de Dixon II, Alice In Veins y Grandpa's Ultraspaceship. Roberto Ruiz (guitarra), ex Family Feber (1993-1997) y ex 65 Dodge (1998-2004). Txus López de Mendiguren (voz), que milita también en Dixon II, Alice In Veins, Grandpa's Ultraspaceship, Electric Riders y Dr. Sax. Cierra banda Guillermo Colás (batería), ex Simpatía por el Devil (2005-2007) y músico con Dixon II, Alice In Veins y Paradoja, Grandpa's Ultraspaceship.

¿Sus influencias pertenecen a las bandas rockeras de los primeros setenta o a quienes en la actualidad se basan en ese pasado?

El nudo gordiano del asunto está en Kyuss y en Black Sabbath. Es justo y necesario reconocerlo. Es decir, una contemporánea (o casi) y otra de finales de los 60. El descubrimiento de la primera nos indujo a retomar la segunda como pilar básico que habíamos olvidado como oyentes. A partir de ahí se van descubriendo tanto bandas de una época como de la otra. No obstante, es complicado, puesto que cada uno tiene sus propias influencias y el abanico es amplísimo. Otro caso que ha sido fundamental y muy similar al anterior es el de Colour Haze, grupo que nos cautivó y que está tremendamente influenciado por Kyuss, pero también por la sicodelia y el kraut [rock alemán] de los 60 y 70, lo que, de alguna forma, nos llevó a Hendrix, por ejemplo.

Algunos le llaman a esto rock fumeta, un término que restringe en exceso el estilo y que lo pervierte: aquí hay rock, rock setentero, grunge, heavy, stoner, doom, sicodelia, space-rock, blues-rock...

Totalmente de acuerdo. Simplemente por lo que comentábamos antes: el amplio espectro de influencias y gustos provoca que haya una mezcla de estilos. Está claro que es rock, rock duro si me apuras, pero partiendo de ese tronco común surgen un montón de ramas distintas que hacen al árbol inclasificable. Las etiquetas limitan, de eso no hay duda, pero ojo, no nos molesta en absoluto el vocablo stoner (lo de rock fumeta es un término bastante absurdo). Al contrario de mucha gente que rehúye de esa etiqueta, a nosotros no nos incomoda porque, al fin y al cabo, las etiquetas están para llegar a entenderse, aunque también para romperlas.

También se asocia esta sonoridad al desierto. De hecho, el nombre Arenna tiene una relación evidente. Puede quedar muy visual, pero estaríamos en lo mismo: que Arenna es más que Kyuss y el desierto que les rodea. Si me imagino en el valle de Zuia con ese verde, sol, las lomas, sus noches de silencio... y «Beats of Olarizu» a pleno sonido, pues no necesito más.

Una buena apreciación. Es evidente que inicialmente tratábamos de reflejarnos en Kyuss y en toda la iconografía que representa, pero a medida que hemos ido avanzando nos gusta pensar en nuestra música como algo enmarcado en espacios abiertos, que pueden ser desiertos o verdes praderas, desde luego más relacionadas con nuestro entorno y, por tanto, con las vivencias más personales.

Olazuri. ¿Hay historia?

Olarizu es un monte de Gasteiz en cuyas faldas ensayamos desde hace muchos años. Por un lado queríamos homenajear a esa zona que nos ha visto crecer musicalmente y nos parece preciosa y darle un toque local al disco (en especial al saber que saldría con un sello internacional). De hecho, lo que se oye en la intro de «Eclipse» son los pajarillos y demás fauna que habita en los alrededores del local. Por otra parte, Olarizu también se usa como nombre de mujer y dado que la protagonista de la portada es una joven con evidentes signos de violencia, nos pareció oportuno jugar con esa ambigüedad en el título: «Beats of Olarizu» se puede interpretar como «Los latidos de Olarizu» o «Los golpes de Olarizu».

El trabajo visual es espléndido, muy profesional. ¿Cómo se da con una diseñadora vietnamita desconocida entre nosotros?

No queríamos recurrir a diseñadores que se dedicaran a hacer portadas o que conociéramos por sus trabajos con otras bandas, eso hubiera sido lo más sencillo y quizá previsible Nos pusimos a buscar a través de internet y topamos con Khoa Lee, una joven ilustradora vietnamita que nos fascinó con su trabajo. Vimos algo especial en sus ilustraciones. Le propusimos hacer el artwork y, a pesar de que nunca se había relacionado con la música, le gustó la idea. Nos pidió los temas para escucharlos y que le habláramos de nuestro concepto musical y, a partir de ahí, fue desarrollando su trabajo y adaptándolo tanto al formato cedé tríptico como al diseño de portada abierta del vinilo.

REFERENCIAS

«Colour Haze es otro grupo que nos cautivó y que está influenciado por Kyuss, pero también por la sicodelia y el kraut de los 60 y 70, lo que nos llevó a Hendrix, por ejemplo»

Kyuss/Sabbath

«El nudo gordiano del asunto está en Kyuss y en Black Sabbath. Es justo y necesario reconocerlo. Es decir, una contemporánea (o casi) y otra de finales de los 60»

ENSAYOS

«Olarizu es un monte en cuyas faldas ensayamos. Queríamos homenajear a esa zona que nos ha visto crecer musicalmente»

VISUALIZACIÓN

«Pensamos en nuestra música como algo enmarcado en espacios abiertos, que pueden ser desiertos o verdes praderas»

«Sabemos cómo funciona el mercado, por lo que tenemos claro que la cuenta corriente va a estar baja»

El disco se ha grabado en muy poco tiempo y dura más de una hora (bueno, hay un poco de truco en el último tema), lo que quiere decir que ha tenido que haber un intenso trabajo previo.

Cierto. El trabajo en el local de ensayo fue largo e intenso. Cuando los temas ya estaban prácticamente definidos, los grabamos en el propio local con una pequeña grabadora para poder tener una visión externa y para que Jose (Jose López, el productor) los pudiera oír antes de entrar en el estudio. Estructuralmente apenas cambió nada de esa grabación en el local a lo que luego hicimos en el estudio. Con respecto a lo del truco que mencionas del último tema, es curioso porque prácticamente nadie lo ha pillado. La gente habla de él como si fuera un tema de 30 minutos pero en realidad son dos temas. «Metamorphosis in Ic» que como tal dura 20 minutos, luego viene un silencio de 3:33 minutos y posteriormente empieza «Pain eraser» [grabado en un cuatro pistas], que en el cedé es un tema oculto y en el vinilo doble aparece como bonus track.

Han masterizado en Los Ángeles con un profesional de prestigio. Habrá costado un pastón.

Nada más lejos de la realidad. Económicamente nos ha salido más barato que masterizar aquí. Lo intentamos, pero no salió bien. Entonces contactamos con Billy Anderson (su currículum es impresionante, pero por intentarlo no perdíamos nada). El disco le gustó, aceptó masterizarlo y, tras un par de modificaciones que le propusimos, nos convenció el resultado y, encima, nos salió más barato que aquí.

Les ha editado el reputado sello berlinés Nasomi, otro logro.

Nuestra idea inicial era autoeditarnos, pero, tras sentirnos satisfechos con el resultado, lo enviamos a varios sellos y algunos respondieron, entre ellos Nasoni. Fue una forma de darnos cuenta de que el disco podía gustar a más gente que a nosotros mismos y eso nos hizo sentirnos muy contentos, especialmente con la edición en vinilo doble, algo que sin sello no hubiéramos podido lograr.

¿La cuenta corriente está baja y la cabeza alta, muy alta?

Ha sido un año de mucho trabajo, pero estamos muy satisfechos; eso es lo principal. Sabemos cómo funciona el mercado y tenemos muy claro que la cuenta corriente siempre va a estar baja, así que no hay problema.

P. C.

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