La céntrica calle Lutxana de la capital vizcaína quedó ayer inaugurada tras las obras de peatonalización en las que se han invertido 477.000 euros y que tienen como objetivo reactivar el carácter comercial y hostelero de la vía. Además, se ha utilizado por primera vez un tipo de baldosa especial que absorbe el dióxido de carbono derivado de la contaminación.

El diseño y la resistencia del novedoso pavimento son iguales que los de la famosa baldosa de Bilbo, pero se diferencia de la original porque dispone en su masa de un producto denominado GeoSilex que, al entrar en contacto con el dióxido de carbono, se va endureciendo y aumenta el peso del adoquín.

Cada metro cuadrado de estas baldosas limpiarán 5.000 metros cúbicos de aire a lo largo de su vida útil, estimada en un periodo de entre doce y quince años.

Nueva zona peatonal

En el acto inaugural, el alcalde, Iñaki Azkuna, deseó que la nueva travesía «se convierta en una calle singular de Bilbao, donde se pueda convivir cada vez mejor tras el acuerdo alcanzado con comerciantes y vecinos».

De esta manera, la calle se ha convertido en una zona peatonal de 1.800 metros cuadrados -150 de largo por 12 de ancho-, provista de bancos y diferentes elementos de jardinería en la zona central de la misma, además de nuevos puntos de luz para garantizar una mayor seguridad a los usuarios.