La capital financiera de Pakistán se hunde en el caos social y la violencia
La violencia continuó durante la madrugada de ayer en Karachi y el número de muertes desde el sábado en la megalópolis del sur de Pakistán, desgarrada por las rivalidades político-mafiosas, según las autoridades, se elevó a 50.
GARA
La guerra entre bandas armadas ligadas a partidos políticos en Karachi, según las autoridades, ha dejado más de 300 muertos en julio y está convirtiendo a la capital financiera de Pakistán en una de las ciudades más peligrosas del planeta.
Terrenos en disputa, enfrentamientos étnicos, pugnas políticas y la cada vez mayor penetración de redes talibanes están en el origen de la violencia en esta ciudad con 18 millones de habitantes, según Efe.
Los enfrentamientos y homicidios selectivos continuaron a pesar del llamamiento a la paz realizado el fin de semana por el Gobierno, lo que refleja su incapacidad para frenar la violencia recurrente en la ciudad más grande y capital económica de Pakistán. «35 personas murieron en las últimas 24 horas, muchas durante tiroteos en la madrugada de ayer», señaló a AFP un portavoz del Gobierno provincial.
Hombres armados incendiaron un total de 56 vehículos, según la Policía, en el marco de la guerra entre bandas ligadas a etnias y partidos políticos.
«Sabemos quién está tras la violencia. Todas las mafias deben rendirse», declaró a la prensa el ministro de Interior, Rehman Malik. Muchos afganos y bangladeshíes están en Karachi con «pasaportes paquistaníes ilegales», apuntó Malik, quien anunció medidas enérgicas para atajar la enésima ola de violencia que sufre Karachi.
En julio, las fuerzas de seguridad reforzaron su presencia en la ciudad, con el despliegue adicional de cientos de soldados para tratar de frenar la violencia que convirtió a algunos barrios en campos de batalla.
En los choques participan sobre todo partidarios de Muttahida Qaumi Movement (MQM), perteneciente a la mayoría urdu, y del Partido Nacional Awami (ANP), que representa a los inmigrantes de la etnia pastún.