Amparo LASHERAS Periodista
En la balconada siempre faltará Txema
La presencia de familiares de presos políticos en el tradicional inicio de las fiestas de La Blanca ha desatado una trasnochada polémica que ya sólo alimentan medios, tertulianos y políticos de intereses ocultos. Y aunque muchos de los comentarios dañan algo más que el sentir político, ya se sabe lo que afirma el dicho popular, «a palabras necias oídos sordos». Y en especial me refiero a las declaraciones del señor Basagoiti, ese candidato a lehendakari que, según su convincente slogan de campaña, de pequeño ya quería ser presidente. Sin embargo, hoy, voy a pasar de comentar declaraciones revanchistas de quien se descubre perdedor para dedicar el espacio a Txema Matanzas, condenado en el sumario 18/98, y actualmente preso político en la cárcel de Puerto III. Tal vez lo hago porque, viendo la retrasmisión de la bajada de Celedón, el ánimo y la tarde se me han escorado al terreno más cercano del recuerdo y le he visto en otras balconadas, prohibidas para la IA, abriéndose paso entre policías y guardaespaldas para llegar a la barandilla y alzar con fuerza la ikurriña ante el pueblo de Gasteiz. Le he recordado obligado a abandonar la balconada entre agentes de paisano y también su eficiente y difícil trabajo, día tras día, cargando las pilas de todo el mundo, en el grupo municipalista de la plataforma que la Ley de Partidos excluyó del Ayuntamiento de Gasteiz. Los familiares de presos estuvieron en la balconada con el derecho incuestionable que les confiere la invitación de seis ediles elegidos por voluntad popular y, con ellos, estuvo también el recuerdo de Txema que, aunque encarcelado, sigue siendo el mejor candidato a alcalde.