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«Es difícil frustrarte cuando tus expectativas musicales caben en una bolsa de púas»

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Manolo Vilabrille

Bajo y voces de Shisha Pangma

Alberto Barañano, voz, Manolo y Jose Miguel Vilabrille, hermanos, bajo y voz, y guitarra, respectivamente, y David Tobal, batería, son Shisha Pangma, que estrenan en estos días «Orquídea», su cuarto disco. Una obra repleta de intensidad, hard-rock setentero y mucha inspiración.

Pablo CABEZA | BILBO

En 1998 el rock ya había llegado al bilbaino barrio de Rekalde. En las fiestas hasta se organizaba un concurso con grupos de la zona. Los Zea Mays estaban a punto de nacer o directamente ensayando. Pocos, pocos grupos quedan de aquellos días, pero sí una de las bandas más creativas y sólidas: Shisha Pangma. «La motivación que nos empujó a empezar es la misma que te ayuda a seguir: esto es un hobbie, pertenece al tiempo de ocio y tiene que ver con hacer buenas canciones en un local de ensayo bebiendo unas cervezas. Es difícil frustrarte cuando tus expectativas musicales caben en una bolsa de púas. El día que acabe la banda, será porque ya no nos divertimos o porque nuestra vida real es incompatible con la banda, no porque no llenemos estadios o no toquemos con los Stones», reflexiona Manolo Labrille. «Orquídea» es su nuevo álbum, rock oscuro con mucha luz. Denso, pero aliviado por el gran trabajo melódico realizado y la imaginación a la hora de componer.

En Shisha Pangma no se ha perdido la contundencia ni el sonido oscuro, pero este disco sugiere ser el más rockero de sus trece años de historia.

Pues sí, muchos años y muchos recuerdos asociados a las diferentes épocas por las que hemos pasado. Quizá la contundencia siga estando ahí y el sonido oscuro haya perdido posiciones en beneficio del sonido más clásico rockero. Pintamos nuestros cuadros con melodía, contundencia, distorsión o acústicas según lo pida el lienzo, lírica, pentatónicas y testosterona. Eso no ha cambiado, son nuestras señas de identidad, está en nuestra naturaleza.

¿Cuál podría ser el orden de las capas que les han influido? ¿El stoner, la oscuridad de Black Sabbath, Seattle y el grunge, el doom, los setenta... y ahora más peso del sonido escandinavo?

Falta una pieza, el hard rock americano más crudo (Monster Magnet, The Cult...). Quizá en una primera etapa estábamos todos más enganchados al sonido Sabbath (el cual nos sigue gustando y en todos los discos puedes ver algo de influencia de Iommi), el grunge también estuvo ahí (aunque todavía no sé muy bien qué es, en lo musical estrictamente, el sonido grunge más allá de música rock con influencias de los 70), sobre todo por la mano de Miguel Positiva en la composición de temas y en alguna línea melódica deudora de bandas como Pearl Jam. Luego vino el sonido más hardrockero y en el que más a gusto nos encontramos. Evidentemente todo suena a algo que alguien ha hecho antes, pero no estamos en esto para inventar nada, bastante tenemos con componer los temas.

Variedad, pero el espíritu de The Cult... cabalga por el disco.

Totalmente. Todos somos fans de The Cult. De hecho hacemos «Love removal machine» en directo, y en su día tocamos otro cover. Nos gustan por sonido y actitud, y además de lo que comentas, cabe el AOR, Kiss, Cathedral, el heavy rock, Black Crowes y hasta el infinito. Supongo que las influencias se filtran porque nos pillan en un momento musical y vital determinado.

Dando por hecho que la sección de ritmo siempre es la base que sostiene un disco, en «Orquídea» el trabajo de las guitarras singulariza el disco, los riffs son continuos.

Es por nuestra forma de trabajar, todo se estructura en función de la guitarra, a partir de ahí la canción evoluciona, respira y vamos construyéndola agregando el resto de instrumentos. Finalmente va la voz. Si no nos convence, retorcemos la música para que todo encaje. Las bases rítmicas están muy trabajadas, es lo que consigue que el sonido sea poderoso, una batería y un bajo contundentes, musculados y poderosos. En cuanto a las guitarras, siempre nos ha gustado explotar la posibilidad que nos da el hecho de contar con dos guitarras, desdoblar los riffs, soportar el ritmo y jugar con las armonías.

Mezclar todo esto ha tenido que ser un proceso laborioso: la sonoridad grave, las pistas...

El disco ha nacido con graves en el ADN, no hace falta una determinada ecualización para que a cierto volumen te golpee el pecho, con una ecualización plana es más que suficiente. La mezcla de este tipo de música es complicada porque parece que siempre hay algo que se echa de menos. Xanpe ( LT) iba adelantando las mezclas a medida que grababa, al final nos hacía una propuesta, la negociábamos (una o varias veces) hasta que el resultado nos convencía a todos. Xanpe ha creado todas las mezclas, nosotros sólo hemos actuado de árbitros, pero sí, el equilibrio de todo esto (hay muchas pistas) es complejo.

Belleza

«`Orquídea I' es un tema instrumental basado en una guitarra acústica de 12 cuerdas. Es una composición limpia, con algún sintetizador por parte de Rafa (One Direction Drive) que sirve de preámbulo a `Orquídea II'»

FEMINIDAD

«'Orquídea' está relacionado con el concepto de la portada, una Orquídea (simbología femenina) desde un punto de vista oscuro. La belleza (`Orquídea I') y la oscuridad (`Orquídea II') como eslabones»

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