No es 1977 ni Bergara, es aquí y ahora
La propuesta trasladada por la izquierda abertzale, EA y Alternatiba a PNV y Aralar para acudir juntos a las elecciones estatales del 20 de noviembre parece haber pillado con el pie cambiado a más de un agente político y social. Desconcertante resulta, por ejemplo, la afirmación de Iñigo Urkullu de que el PNV salió escaldado del llamado Frente Autonómico, una coalición surgida para las elecciones de 1977, hace nada menos que 34 años ya, y con una composición muy diferente a la que ahora se plantea, ya que integraba incluso al PSOE. También es desacertado afirmar, como hicieron diversos medios, que una propuesta similar -la de Bergara- fue rechazada por PNV y Aralar en 2003, cuando, por citar lo más obvio, aquel contexto de fuerte enfrentamiento armado absolutamente nada tiene que ver con el actual.
Frente a reacciones tan superficiales y defensivas, la propuesta tiene una altura política evidente y por ello debería atenderse con cabeza fría y profundidad de análisis. El llamamiento a ampliar la suma de fuerzas no es un mero intento de dar continuidad a la estrategia exitosa con la que izquierda abertzale, EA y Alternatiba labraron el éxito de Bildu el pasado 22-M, aunque este argumento ya sería una base suficiente para justificar la oferta. La propuesta es mucho más, en la medida en que el reto también es mayor: se trata de mostrar al Estado español que Euskal Herria juega esta vez a grande y no a pequeña en la lucha por sus derechos nacionales, y que no está dispuesta a dejar pasar un escenario muy propicio para ello.
Habrá quienes esgriman que lo normal es que cada formación política concurra a las urnas con su propio proyecto. Ocurre, sin embargo, que la situación en la que se encuentra Euskal Herria no es normal, y no debería ser considerada como tal por las formaciones que aseguran reconocer su existencia y reivindicar su derecho a decidir. Es esto lo que da altura a la propuesta y anima a sus impulsores a dejar de lado sus intereses propios (Bildu sería una marca segura de éxito este 20-N) para priorizar los del país. Y ese reto es una realidad factible, aquí y ahora.