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Concentración mediática (III)

«Da igual tres televisiones u ocho, el ideario es el mismo»

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Pascual Serrano
Periodista, autor de «Traficantes de información»

Nacido en Valencia en 1964, el periodista Pascual Serrano se ha convertido en un vigilante de los medios de comunicación. Su obra «Traficantes de información» analiza quién está detrás de los grandes grupos del Estado español y cuáles son sus intereses. En su opinión, la concentración de radio, prensa y televisión en muy pocas manos es una de las grandes amenazas para el pluralismo.

Alberto PRADILLA | IRUÑEA

Durante la acusación contra Murdoch se ha hablado mucho sobre las escuchas, pero poco sobre el número de medios que controla. ¿Se ha ocultado el debate sobre la concentración de medios?

No se habla de la concentración, de la connivencia con determinadas élites políticas ni de la corrupción empresarial. No se ha hablado, precisamente, de los tres elementos perniciosos que coinciden en Murdoch y en tantos otros grupos de comunicación internacionales y españoles. No se ha querido pasar de la cuestión humana a la política.

¿Quién es el Rupert Murdoch del panorama mediático del Estado español?

El principal sería Berlusconi, porque controla porcentualmente gran parte de las televisiones españolas. Controla Telecinco, Cuatro, tiene presencia indirecta en Unidad Editorial y está detrás de buena parte de esas pequeñas cadenas que han surgido en la TDT. Lo que no existe es ningún interés en que exista algo que no sea Murdoch.

¿Cómo definiría el panorama mediático en el Estado español?

Oligopolio empresarial que se mueve en un ideario político ubicado entre la derecha y la ultraderecha.

¿En cuántas manos se encuentran los medios de comunicación en el Estado?

Lo importante no es decir cuántos son, que efectivamente son pocos, sino que las reglas de funcionamiento no permiten ninguna otra opción editorial que la de las políticas informativas de reverencia a un modelo neoliberal.

Los bancos también tienen un papel importante en los consejos de administración

No sería honesto decir que los bancos son los dueños de los medios. No son los propietarios. En cambio, sí que son los que mandan, como en tantas otras cosas de la economía. Mandan por vías muy complejas. Si un medio le debe dinero, sabemos quién manda. Si un medio necesita en el futuro pedir un préstamo o una refinanciación de deuda, también. Si los principales miembros del consejo directivo son ejecutivos de banco, es otra vía de control. Si los principales anunciantes que garantizan la supervivencia de un medio son empresas que tienen acciones cruzadas con bancos o los propios bancos, pues otro tanto de lo mismo.

Las guerras del fútbol han generado fuertes pérdidas en todos los grupos. ¿Hay riesgo de quiebra?

Las guerras del fútbol supusieron una importante sangría. Ha sido como la batalla de Verdún, de desgaste. Era algo así como la carrera armamentística de la guerra fría, a ver quién logra hundir al otro. A eso hay que añadirle que por detrás estaba espoleándoles un grupo político que les prometía algunas cuestiones y que lo utilizaba como herramienta de combate contra otro grupo político.

¿Se han recuperado de esa sangría? Los medios no hacen más que anunciar números rojos

En líneas generales, las televisiones están ganando dinero. Quienes no levantan cabeza son los periódicos. El grupo que peor situado va a estar será quien no tenga una televisión fuerte: Unidad Editorial y Prisa.

La aparente tensión entre los diferentes grupos esconde sinergias muy claras. Ejecutivos pasan de un medio a otro y cabeceras aparentemente enfrentadas terminan compartiendo financiación

Los enfrentamientos son coyunturales, pero luego llegan a acuerdos. El caso más curioso fue el de las televisiones digitales, donde después de muchas peleas acabaron haciéndose socios. Una de las empresas de publicidad de Mediapro es la que iba a llevar la publicidad de Intereconomía. En el fondo, lo importante es el dinero. Da igual que haya tres televisiones u ocho, porque el ideario es el mismo.

¿Existen alternativas?

Pasan por un cambio del marco legal. Los nuevos elementos legales que se están introduciendo van en la dirección contraria. Habría que crear mecanismos que garanticen la pluralidad en los medios. No puede ser que les salga gratis mentir. Yo sigo apostando por las televisiones públicas a pesar de que la gente siempre pone ejemplos poco honorables. La televisión de Aznar podría ser deplorable, pero a Aznar lo podemos quitar y a Berlusconi no podremos echarle nunca de Tele 5.

¿Conocer quién está detrás de los medios cambiaría la actitud de los ciudadanos?

Primero habría que saber si tiene la posibilidad de tomar otra actitud. Poder elegir otra televisión, difícilmente, porque no hay opciones. De todos modos, se ha logrado sembrar desconfianza. La gente ya es consciente de las miserias que hay detrás de los medios.

 

bancos

«No sería honesto decir que los bancos son los propietarios de los medios. En cambio, sí que son los que mandan, como en tantas otras cosas de la economía»

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