Aquino y el líder del Frente Moro se reúnen para acelerar el proceso de paz
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, y el líder de la mayor guerrilla musulmana del país, Al Haj Ebrahim Murad, se reunieron el jueves en Japón con el objetivo de reactivar las negociaciones de paz, en el que ha sido el encuentro de mayor nivel en los últimos 14 años de conflicto. Ambas partes volverán a reunirse este mes en Malasia. El Frente Moro Islámico de Liberación, con 12.000 miembros, reivindica un Estado musulmán independiente en las provincias del sur.
GARA | TOKIO
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, y Ebrahim Murad, líder del principal grupo separatista musulmán en el país, el Frente Moro Islámico de Liberación Islámica (MILF), acordaron acelerar las negociaciones de paz, durante una reunión poco común celebrada en Japón, informó el Gobierno de Manila.
En una reunión no anunciada, Aquino conversó durante dos horas con Murad en un hotel cerca del aeropuerto de Narita de Tokio, indicó la oficina presidencial en un comunicado. Es la primera vez que un presidente de Filipinas se reúne con el líder del MILF desde el inicio de negociaciones intermitentes, hace catorce años, indicó AFP.
El presidente de la comisión por la paz del Gobierno filipino, Marvic Leonen, señaló que el encuentro fue «cordial» y que consistió en un «intercambio franco y sincero de puntos de vista sobre los marcos en los que debe continuar el diálogo y sobre posibles aproximaciones que las partes pueden hacer para lograr un acuerdo de paz».
«Ambos acordaron que la implementación de cualquier acuerdo deberá hacerse con esta Administración y que hay que acelerar las negociaciones», añadió Leonen, según informó Efe.
El jefe de la comisión negociadora dijo que el encuentro se realizó a iniciativa de Aquino, que viajó a Japón acompañado de varios miembros de su Gabinete, y fue acordado en la última reunión que representantes del Gobierno filipino y de la guerrilla mantuvieron en Kuala Lumpur (Malasia) el 27 de junio.
El Gobierno y el MILF retomaron en febrero las conversaciones en la capital de Malasia, mediador desde 1997, y volverán a reunirse allí a mediados de agosto.
Las negociaciones cesaron en el 2008 cuando la Corte Suprema de Filipinas rechazó un acuerdo preliminar con el Gobierno de la entonces presidenta Gloria Macapagal Arroyo que daba al el MILF el control de grandes territorios en el sur.
Al llegar Aquino a la Presidencia, ambas partes formaron nuevos paneles de paz y se comprometieron a reanudar las nego- ciaciones para para poner fin a cuatro décadas de conflicto.
La isla de Mindanao, antaño controlada por los sultanatos malayos de Joló y Maguindanao hasta la llegada de los colonizadores españoles, es ahora el hogar de cuatro millones de musulmanes que conviven con nueve millones de católicos.
El MILF, que cuenta con unos 12.000 integrantes, nació de una escisión del Frente Moro de Liberación Nacional cuando éste aceptó negociar una solución que no fuese la independencia, y fue constituido formalmente en 1984. Desde entonces es el mayor grupo separatista de Filipinas.
Casi cuatro décadas de conflicto han ocasionado decenas de miles de muertos y cerca de 2 millones de refugiados en la áreas más empobrecidas del archipiélago.
El cerco judicial a la ex presidenta filipina Gloria Macapagal Arroyo y su entorno se estrecha cada vez más después de que se destaparan nuevos casos de posible corrupción durante su mandato y se desenterrara un escándalo de fraude electoral.
«Si se demuestra que participó en la manipulación de votos en las elecciones presidenciales de 2004, irá a la cárcel» afirmó sin pestañear el presidente de la Comisión Electoral filipina, Sixto Brillantes.
Las viejas sospechas sobre los amaños electorales de Arroyo (2001- 2010), se reavivaron hace unas semanas al entrar en escena Lintang Bedol, ex supervisor electoral que estaba huido.
Bedol declaró que falseó por orden del Gobierno el recuento en las legislativas de 2007 en la conflictiva provincia de Maguindanao y también reveló un fraude en las presidenciales de 2004, que ganó Arroyo. Desde entonces han salido a la luz testimonios e informaciones que revelan irregularidades en ambos comicios.
El superintendente de Policía Rafael Santiago confirmó hace una semana al «Daily Inquirer» que él y sus hombres cambiaron en 2005 las papeletas archivadas en el Congreso desde los comicios de 2004 por otras falsas por orden del Gobierno, que buscaba cubrirse ante una posible investigación tras las denuncias recibidas.
Las revelaciones han desenterrado este viejo escándalo que estalló en 2005, cuando trascendió la grabación ilícita de una conversación de Arroyo con el entonces presidente de la Comisión Electoral durante el escrutinio de los votos en las presidenciales de 2004, que sirvió para amañar las elecciones. Eric San JUAN (EFE)