El ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, dimitió ayer después de haber lanzado críticas y comentarios despectivos contra varios miembros del Ejecutivo y será reemplazado por el ex titular de Exteriores Celso Amorim.

Jobim presentó su renuncia tras una breve reunión con la presidenta, Dilma Rousseff, informó un portavoz del Gobierno, después de que ésta le diera a elegir entre dimitir o ser destituido, informó Reuters.

El ex ministro, perteneciente al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, aliado del Gobierno), ya se había mostrado molesto en su puesto desde el momento en que accedió a seguir como ministro de Defensa con Rousseff.

Después de contenerse durante un largo período, Jobim se volvió abiertamente insubordinado en las últimas semanas recientes. Sorprendió al decir en un evento opositor que estaba rodeado de «idiotas» y cuando manifestó haber votado por el contrincante de Rousseff, José Serra, en las presidenciales de 2010. El último capítulo fueron los comentarios despectivos sobre dos compañeros de Gobierno.

Funcionarios del Ejecutivo dijeron a Reuters que Jobim está enfadado por haber sido contrariado respecto a un enorme contrato de Defensa al comienzo del mandato de Rousseff, cuando ella decidió reiniciar un proceso de licitación para una multimillonaria compra de aviones caza.

Así, Jobim se convierte en el tercer ministro «heredado» de Luiz Inácio Lula da Silva en abandonar su puesto. Los dos anteriores lo hicieron por su implicación en supuestos casos de corrupción. Estos cambios han provocado que las relaciones internas en la coalición de Gobierno, de quince miembros, se hayan tensado y se haya estancado la aprobación de las reformas económicas en el Congreso.