Alrededor de 22.15 de ayer, la cabecera de la manifestación convocada por los «indignados» hacía su entrada en el Kilómetro Cero, emblema del Movimiento 15-M, entre aplausos y vítores de alegría. La ausencia de la Policía española, que durante tres días bloqueó todos los accesos, permitió a los «indignados» volver a entrar en la plaza después de tres jornadas de intentos fracasados. Los ciudadanos que se encontraban allí recibieron a los manifestantes con saludos y algún abrazo y se podían ver personas llorando emocionadas.

En la plaza se ha corearon gritos de «esto es una victoria», «esta noche sale el Sol», «esta plaza no es del Papa» o «esto es Esperanza y no la presidenta».

En la zona acristalada del Intercambiador de Sol, los «indignados» han colgado un cartel en el que se podía leer: «cuando se mueven los de abajo, los de arriba tiemblan».

Cuatro detenidos

Durante la mañana se habían realizado asambleas para valorar cuál sería la reacción ante una nueva carga de la Policía, que la noche anterior se saldó con decenas de heridos y cuatro detenidos.

Los arrestados fueron liberados ayer. Entre ellos se encontraba el periodista Gorka Ramos, de la web lainformacion.com, que denunció haber sido golpeado por los agentes y negó la versión policial, que le acusa de haber escupido a los policías cuando estos trataban de obstaculizar su trabajo y obligarle a cambiarse de sitio.

La del jueves fue la primera carga de la Policía española contra los «indignados». El único precedente es el intento de desalojo de la Plaça de Catalunya por parte de los Mossos D´Esquadra el 27 de mayo y que concluyó con decenas de heridos.

Ante esta situación, el Movimiento 15-M exigió la «inmediata dimisión» del ministro del Interior español, Antonio Cama- cho, y de la delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión.

Tras la carga del jueves, los policías relajaron su presencia. Carrión aseguró ayer que los agentes permitirían el tránsito a través de la plaza pero insistió en que los manifestantes seguirían en su punto de mira.

Un ejemplo de ello es el intento de criminalización por parte del Ministerio de Interior al difundir ayer que dos de las nueve personas detenidas durante estos últimos días tienen antecedentes penales.