La ex primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko fue detenida ayer por desacato y obstrucción por orden del tribunal de Kiev que le juzga por presunto abuso de poder y malversación de fondos públicos. El juez Rodion Kireyev satisfizo así la petición de los fiscales, que reiteradamente han solicitado que se reemplace la medida cautelar de prohibición de abandonar el país por la de arresto en base en los «reiterados desacatos al tribunal, en particular, y la obstrucción a los interrogatorios».

Timoshenko, que tenía prohibido salir de Kiev, ha rechazado los cargos. Un grupo de simpatizantes, entre ellos varios diputados, se enfrentaron a unos 30 policías que entraron en la sala para detenerla.

La fiscal Lilia Frolova hizo su petición después de que Timoshenko acusara de corrupción al primer ministro ucraniano, Mikola Azarov, mientras éste testificaba en la sala.

Timoshenko, ahora en la oposición, está siendo juzgada por haber firmado cuando gobernaba un acuerdo de gas con la empresa rusa Gazprom que, según Kiev, era desfavorable para Ucrania. El actual Gobierno ucraniano mantiene que la entonces primera ministra no tenía derecho a suscribirlo.

La ex primera ministra también ha sido acusada en otro caso de malversar 425 millones de dólares que su Gobierno recibió en 2009 al vender derechos de emisión de gases de efecto invernadero. Si es declarada culpable, podría ser condenada a un máximo de diez años de prisión.

Timoshenko ha dicho en varias ocasiones que ha sido acusada por motivos políticos y que es una víctima del actual presidente del país, Viktor Yanukovich, que la derrotó en las presidenciales de 2010.