El pasado 17 de julio, apenas doce días antes de que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara el adelanto de las elecciones estatales al 20 de noviembre, Iñigo Urkullu aprovechaba una entrevista con la agencia Efe para advertir a la izquierda abertzale y a Bildu de que «el tiempo» para que «digan de manera pública y clara» a ETA que «debe cesar definitivamente en su actividad» se acaba en otoño.

Joseba Egibar, presidente del GBB del PNV, abundaba en esa tesis el pasado jueves al indicar que, antes de la fecha de esos comicios, los «distintos actores» en el proceso de paz y normalización tienen que «dar los pasos correspondientes» para que «esto definitivamente sea irreversible». Egibar manifestó que, por un lado, ETA debería plantear «una posición más allá de la que hoy conocemos» y, por otro, el presidente del Gobierno español todavía tenía tiempo para «mover ficha».

Ayer, el presidente del EBB se dirigió directamente a ETA, sin incluir ningún «consejo» para Zapatero. En una entrevista concedida a Europa Press, Urkullu advirtió a la organización armada que debe «aprovechar lo que queda de mandato» al actual Gobierno del PSOE para anunciar su «cese definitivo». De todas formas, no explicó qué tipo de esperanzas alberga respecto a los pasos que podría dar el Ejecutivo de Zapatero.

En cambio, Urkullu recordó que el PP se ha comprometido «públicamente» a que, cuando acceda a La Moncloa, realizará «un esfuerzo por excluir a Bildu de las instituciones». A continuación comentó que el PNV no pretende ser «alarmista» pero que, aunque «todavía hay tiempo», éste «se agota». También rechazó las interpretaciones que se hacen en algunos medios sobre que ETA «preferiría negociar con un gobierno del color del PP» porque «quizá entraría en una vía de negociación o de resolución de este problema».

No obstante, dijo que «no se pueden tomar a la ligera» las declaraciones realizadas por los máximos dirigentes del PP sobre su intención de actuar contra Bildu si llega al poder en Madrid. «Creo, sinceramente, que la izquierda abertzale y también la organización terrorista deben ser conscientes de que el tiempo se agota», insistió.

Pero puntualizó que no quiere situarse en un hipotético escenario en el que el PP gane las las elecciones y que Rajoy sea el nuevo presidente español, porque, según subrayó, ni en «beneficio del PSOE ni en beneficio del PP», sino de la sociedad vasca, ETA no debe «demorar más una situación de necesidad».

Basagoiti y Bildu

A esta reflexión de Urkullu sobre el impacto que podría tener en el proceso que está en marcha en Euskal Herria que el PP salga victorioso de las elecciones del 20-N se pueden contraponer unas declaraciones, relativamente sorprendentes, realizadas por el propio Antonio Basagoiti.

Después de convertirse en polémico protagonista del chupinazo de las fiestas de La Blanca -el jueves, en Gasteiz, acusó al diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, de ser «proxeneta de los que prostituyen la democracia» y evitó saludar al alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, espetando que no lo hará hasta que «sus jefes no entreguen las armas»-, el presidente del PP de la CAV cambió el tono de sus comentarios respecto a Bildu.

En una entrevista que publicaba «El Diario Vasco» en su edición impresa de ayer, el dirigente del PP comentó que Mariano Rajoy «puede actuar con mano izquierda» con el mundo de Bildu siempre y cuando «respeten las normas» y «respalden las reglas de juego», aunque advirtió que también «puede actuar con mano derecha, con la Policía y la Justicia, ante quienes se resistan a este final».

Afirmó que «un Gobierno del PP puede gestionar mejor un posible final de ETA porque nunca hemos dado pasos en falso como Zapatero» y calificó de «juego sucio» las afirmaciones que señalan que la llegada de Rajoy a La Moncloa pudiera «paralizar el proceso de paz».

En este contexto, Basagoiti reconoció que en la búsqueda del final de ETA su partido aboga por «la unidad» de acción con el PSE y, «si se puede», con «la colaboración del PNV». Al mismo tiempo, auguró que la formación jeltzale no será la «primera opción» del PP en el caso de que Rajoy necesite apoyos en el Congreso de los Diputados para gobernar.