No son «banlieues», pero comparten causas
Los graves sucesos acaecidos en la madrugada de ayer en el barrio londinense de Tottenham y que se extendieron a Wood Green estuvieron precedidos por la muerte del joven de 29 años Mark Duggan por disparos de la Policía. Los disturbios y enfrentamientos, al parecer, se produjeron a raíz de un incidente con la Policía en la manifestación para exigir el esclarecimiento de la muerte de Duggan convocada por su familia. Los responsables del Gobierno de Londres se apresuraron a manifestar que los disturbios son totalmente inaceptables, y apelaron a la seguridad pública. Sin embargo, no reaccionaron con la misma premura tras la muerte del joven, un suceso confuso, con versiones contradictorias de testigos y circunstancias sospechosas en la investigación. Sí actuó con inusitada celeridad la Comisión de Quejas contra la Policía, lo que acrecentó las sospechas de los vecinos.
Es previsible que la dimensión alcanzada por esos sucesos propicie el esclarecimiento de la muerte de Duggan, pero no será suficiente para evitar el creciente malestar de los habitantes de Tottenham y otras barriadas deprimidas y, como consecuencia del mismo, nuevos disturbios como el vivido la madrugada de ayer. Lo sucedido no se puede reducir a un problema de seguridad debido al alto índice de violencia juvenil en ciertas áreas deprimidas, pues concurren otros índices, igualmente elevados, como el de desempleo o de absentismo escolar, y es evidente el abandono por parte de la administración, ahora en aumento por los recortes presupuestarios del Gobierno de Londres. Si ello no se tiene en cuenta implementan políticas destinadas a cambiarlo, los disturbios «inaceptables» se reproducirán.
Esa situación de la población de esos barrios del norte de Londres también es inaceptable, y origen de sucesos lamentables. Las próximas horas y días dirán si los disturbios de Tottenham y Wood Green quedan en unos graves sucesos con numerosos heridos y detenidos o son sólo el estallido de una situación de exclusión social con componentes racistas. Las áreas donde han ocurrido los incidentes no son banlieues del Estado francés, pero comparten con ellos causas y efectos.