Todas las fuerzas extranjeras que permanezcan en Irak serán consideradas como un «ocupante opresor» contra el que se debe «resistir por medios militares», señaló ayer el clérigo Moqtada al-Sadr. El líder chií se refirió así a la decisión del Gobierno iraquí de dar luz verde a la apertura de negociaciones para el mantenimiento en el país de un contingente de instructores militares de EEUU después de la fecha límite de finales de 2011, cuando está previsto que dejen el país los 47.000 soldados estadounidenses que siguen en el país.

«Cualquier Gobierno que apoya su permanencia, incluso con fines de formación, es un Gobierno débil», aseguró en una misiva publicada el sábado.

Ayer fue más directo en una nueva carta al señalar que «debemos unirnos para rechazar la presencia del ocupante infiel y de sus ejércitos de la oscuridad. Rechazamos toda presencia, la de las bases militares y la de los instructores. No es lógico que el ocupante forme a nuestros soldados y policías mientras haya otras alternativas».

La poderosa milicia de Al-Sadr, el Ejército del Mahdi, libró una cruenta batalla contra las tropas de EEUU hasta 2008.