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El homicida confeso de Azkue ingresa en un centro de menores

Cinco meses después de encontrase el cadáver de Amaia Azkue en un embalse de Azpeitia, su homicida confeso, un menor natural de la misma localidad guipuzcoana, fue internado en el centro de menores de Zumarraga. Cabe señalar que su internamiento en el centro de menores coincidió exactamente con su 18 cumpleaños.
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El homicida confeso de Amaia Azkue, cuyo cadáver fue encontrado el pasado mes de marzo en las aguas del embalse Ibai-Eder, situado en Azpeitia (Gipuzkoa), fue internado ayer en el centro de menores de Zumarraga, justo día que cumple los 18 años.

Según informó la agencia Efe, el presunto autor del crimen, un joven de Azpeitia del que se desconoce la identidad, pasó a disposición judicial este miércoles tras entregarse por «arrepentimiento» en la Fiscalía de Menores de Donostia.

Pasadas las seis de la tarde, y tras haber declarado esa misma mañana en la Comisaria de Azpeitia, el joven detenido acudió acompañado de su padre y de un abogado al recinto judicial de la Fiscalía guipuzcoana, donde confesó haber acabado con la vida de la vecina de Zarautz.

Esta confesión no extrañó a la Policía autonómica, que desde hace días mantenía sus sospechas sobre el menor. Es más, en una nota emitida por el Departamento de Interior de Lakua, la Ertzaintza reconoció la existencia de una serie de indicios «muy concretos» que denotaban la culpabilidad del joven.

Está hipótesis quedó refrendada tras la confesión del detenido, cuando la Ertzaintza se dirigió a Azpeitia para efectuar el registró de su vivienda. Durante la inspección del inmueble, los agentes encontraron nuevas pruebas que confirmaron la versión del joven.

La confesión del menor se conocerá cuando se levante el secreto sumarial que pesa sobre la misma. Hasta entonces se deberá tomar como referencia la versión de los medios, una historia que ha ido cambiando con el paso de los días.

Ya no se habla de un rapto en el aparcamiento de un supermercado de Zarautz. Ahora, las agencias de noticias apuntan a que Azkue se detuvo voluntariamente para recoger al autor confeso del homicidio, que realizaba autostop en las afueras de la localidad costera.

Las mismas versiónes apuntan a que, tras detener su vehículo, la víctima se ofreció para acercar al menor hasta Azpeitia. Fue durante el trayecto, cuando el joven comenzó a amenazar a la mujer, a la que exigió la entrega de las tarjetas de crédito y la contraseña de la mismas.

Ante la negativa de ésta, comenzó una pelea que derivó en la supuesta agresión, una presunta paliza en la que se sucedieron los golpes en la cabeza. Ya sin vida, el joven tomó el cuerpo de la mujer, y tras maniatarlo lo lanzó al embalse de Ibai-Eder, situado en el barrio rural de Nuarbe.

No obstante, antes de arrojar el cadáver, el detenido se hizo con las tarjetas de crédito de la víctima. Esta decisión permitió captar la figura del sospechoso en dos cajeros de la zona de Urola-Kosta. Pese a la escasa calidad de las imágenes, las cámaras de videovigilancia mostraron a un varón delgado y alto, que sobrepasaba el 1,90 de estatura.

Con la imagen de la complexión física, y con las pruebas recogidas por parte de la Unidad Científica de la Ertzaintza, los agentes comenzaron a investigar, hasta cercar al sospechoso.

Una vez capturado, la Policía autonómica procederá a comparar sus muestras de ADN con las encontradas en el vehículo de Amaia Azkue, abandonado junto al santuario de Loiola el mismo día del crimen.

Principal sospechoso

A la espera de los resultados científicos, pocos ponen en duda la versión del menor, el principal sospechoso para la Ertzaintza desde hace meses. Es más, tal como explicó ayer la policía autonómica, las últimas pruebas señalaban hacia el detenido, que poco antes de confesar trató de defender su inocencia en la Comisaria de Azpeitia, donde incurrió en numerosas contradicciones durante su declaración.

Con el arrestó del joven, la Ertzaintza pone fin a cinco meses de investigación. Un largo proceso para la familia de la víctima, que ha permanecido a la espera de una detención desde el día de la desaparición de Amaia, una mujer de 39 años natural de Orio pero residente en Zarautz.

Durante todo este tiempo las sospechas y las versiónes han ido cambiando. En un primer momento, la Policía autonómica no descartó que se tratará de un posible caso de violencia machista, una idea que quedó fuera de las hipótesis a los pocos días, cuando comenzó a tomar fuerza el móvil material.

Ayer mismo, las versiónes fueron variando. Según pasaban las horas se dejó de hablar de un supermercado y se comenzó a situar la historia en la afueras de Zarautz. Sea cual sea el escenario, lo cierto es que un supuesto robo acabó en la muerte de Amaia Azkue, que perdió la vida a manos de un ladrón confeso que, según el «Diario Vasco», sólo consiguió 300 euros con las tarjetas de crédito de la víctima.

Por último cabe destacar el pésame y la condena emitida por el Ayuntamiento de Zarautz, que en un comunicado deseó que la muerte de Amaia Azkue se esclarezca «lo antes posible», un deseo que pronto tocará a su fin, cuando se realicen las pruebas científicas pertinentes.

16 de Marzo

El cuerpo sin vida de Amaia Azkue fue localizado flotando sobre el agua del embalse de Ibai-Eder, en la localidad de Azpeitia. La elección del lugar hizo sospechar de algún vecino de la comarca de Urola-Kosta.

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