GARA > Idatzia > Kultura> Zinema

Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico

El tristómetro

Pues no, «Bambi» no es ya la fuente oficial de nuestros traumas de infancia, con lo que Disney pierde el reinado de la escena más triste de la historia del cine, o de la que más ha conmovido al gran público. Y no lo es, porque los científicos tienen un medidor de lloros en las salas de cine, similar al tristómetro virtual que se utiliza para calcular el efecto sobre el oyente de las canciones deprimentes.

Veinte años de investigación han venido a demostrar que la película más lacrimógena de todos los tiempos es «Campeón», en la versión dirigida en 1979 por Franco Zeffirelli. Ostenta el récord de pañuelos en el patio de butacas, gracias a la secuencia final en la que el boxeador interpretado por Jon Voight agoniza sobre la lona ante la presencia de su hijo pequeño, un Rick Schroder que le dedica unas últimas palabras de ánimo, que serán en vano.

Considerando que se trata de un remake de la versión en color de un clásico en blanco y negro de 1931, cabe concluir que la esencia del melodrama sigue vigente. Estoy convencido de que si volviese a ver esa escena, interpretada por los originales Wallace Beery y Jackie Cooper dirigidos por el maestro King Vidor, lloraría una vez más.

El estudio hecho en California señala también que la emocional situación de «Campeón» es utilizada en terapias con pacientes sometidos a psiconálisis, sin que a nadie se le escape alguna lagrimita. Todos llevamos un niño dentro y un duelo interior que nos acompaña siempre, y que en la sala oscura está dispuesto a salir a la primera oportunidad.