fórmula uno Gran Premio de Bélgica
Vettel no descansa ni en Spa
El alemán logró su séptima victoria de la temporada tras superar problemas en sus neumáticos. Webber fue segundo y Button tercero.
Imanol CARRILLO
La vuelta a la competición después de cuatro semanas de vacaciones despejó casi todas las dudas respecto a las posibilidades de alcanzar al líder Sebastian Vettel en la clasificación del Mundial. De momento, el alemán parece un hombre inalcanzable para el resto de pilotos. Y es que, ni el descanso estival, ni el sugerente nombre del circuito (Spa-Francorchamps) llevaron al de Red Bull a la relajación, y logró distanciar un poco más a sus perseguidores más inmediatos por el título final.
Sin embargo, la séptima victoria de la temporada no fue fácil para el líder. El alemán tuvo que administrar sus problemas con los neumáticos durante gran parte de la carrera. Aunque ése no fue el único obstáculo que tuvo que sortear. Nada más apagarse el semáforo, un gran Nico Rosberg (Mercedes), que salía desde la quinta posición, se hacía con el mando de la carrera poco después de que su coche echase humo tras la vuelta de calentamiento. El germano debió de calentar en exceso sus gomas, pero lo cierto es que al compatriota de Vettel la estrategia le salió perfecta.
Primeros cambios decisivos
En la primera curva peor les fueron las cosas a otros pilotos, que vieron cómo trozos de carbono se despegaban de sus monoplazas a causa de varios contactos, y en especial a Jaime Alguersuari, que se vio obligado a abandonar. El excelente trabajo del piloto catalán en la clasificación del sábado -logró el sexto mejor tiempo- se fue al traste al quedarse sin suspensión delantera tras un toque con Bruno Senna, que después fue sancionado con un drive through.
No tardaron mucho los bailes en boxes. El primero en entrar fue Mark Webber (Red Bull), que había realizado una pésima salida. Era tan sólo la vuelta cuatro. Y una más tarde Fernando Alonso (Ferrari) se cansó de esperar y adelantó a su compañero Felipe Massa en un punto casi imposible. Hamilton hizo lo propio.
En la vuelta 7, la carrera sufría un nuevo cambio. Vettel entró a la calle de talleres para calzarse los neumáticos blandos, mientras Alonso se hacía con el liderato tras superar a Rosberg con la ayuda del DRS. El asturiano venía de menos a más después de haber salido octavo, y también le llegó el momento para cambiar las gomas de su Ferrari.
Ese primer paso por boxes no benefició para nada a Sebastian Vettel, ya que tras unas vueltas con sus nuevas gomas, sufría problemas de blistering (ampollas o burbujas que aparecen en los neumáticos debido a las altas temperaturas del asfalto), lo que hacía peligrar su liderato porque Alonso venía más rápido que el piloto germano.
La fortuna de Vettel
Pero entonces apareció lo que se denomina «la suerte del campeón». El coche de Hamilton quedaba destrozado por un accidente, el coche de seguridad hacía acto de presencia en la pista y Vettel entraba a boxes para volver a cambiar los neumáticos. El orden de carrera en ese momento era el siguiente: Alonso, Webber, Vettel, Massa, Rosberg, Kobayashi y Sutil.
Nada más marcharse el coche de seguridad, Vettel adelantó a Webber -que ha renovado su contrato hasta 2012- y después, en Les Combes, pasaba a Alonso.
No iba a ser la única mala noticia para el piloto asturiano y para Ferrari, al que no parece funcionarle el neumático medio. Alonso comenzó a tener problemas de gomas y fue adelantado por Webber. Vista la situación, era un buen puesto, pero Button, que venía realizando -de manera casi inadvertida- una carrera excelente tras salir desde la decimotercera posición, logró pasar al bicampeón mundial y subirse al podio.
Por detrás, Michael Schumacher celebró con un gran quinto puesto su 20º aniversario desde que debutase, en este mismo circuito, en la Fórmula Uno. Éste si que no se tomó el circuito de Spa como un simple descanso.
Lewis Hamilton (McLaren) protagonizó el susto del Gran Premio de Bélgica al sufrir un aparatoso accidente en la vuelta 13. El británico intentaba adelantar a Kamui Kobayashi (Sauber), pero su monoplaza contactó con el del japonés, lo que le hizo girar en sentido contrario a las agujas del reloj para después chocar contra los paneles de publicidad y uno de los muros de seguridad. Nada más sufrir el golpe, los jefes del piloto se alarmaron, ya que no respondía a sus directores por la radio. Además, en las imágenes de televisión se pudo observar cómo el inglés no se movía. Sin embargo, pocos segundos después del incidente abandonaba el coche por su propio pie. I. C.