El activista Anna Hazare rompió ayer el ayuno que mantenía desde hace doce días en Nueva Delhi tras el anuncio de que Parlamento indio asumirá su exigencia de reforzar la lucha contra la corrupción, algo sin precedentes en este país y que medios locales interpretan como una histórica victoria de la sociedad civil sobre la clase política.

Tras recibir la noche del sábado la misiva del primer ministro indio, Manmohan Singh, en la que le indicaba que la Cámara se plegaba a su demanda, el activista bebió ayer por la mañana un vaso de agua de coco con miel que le ofrecieron unas niñas.

Agradeció el apoyo de sus miles de seguidores, a quienes advirtió de que se trata de «un triunfo, a medias». «Suspendo el ayuno, no lo doy por concluido. La lucha seguirá hasta que apruebe el Lokpal (la ley anticorrupción)», dijo Hazare, que exige que esa ley abarque a toda la Administración, se aplique en todo el país e incluya una carta de derechos ciudadanos.