Usain Bolt se ha convertido en la víctima más importante de la regla 162.7, que establece que el atleta que salga antes del disparo será descalificado. Eso fue lo que le ocurrió ayer en Daegu al campeón mundial y olímpico, al hombre más rápido del planeta, al que una salida nula ha arruinado su plan para Daegu.

El jamaicano, vigente campeón también de los 200 y el relevo 4x100 metros, pretendía convertirse en el primer atleta de la historia capaz de renovar los tres títulos. Eso, de momento, ya no será posible.

Definitivamente los 100 metros de Daegu están gafados. Sólo un despiste monumental de Bolt podía complicar más el panorama de una prueba que ha ido perdiendo pretendientes día a día y terminó por quedarse sin el mejor. El único atleta capaz de llenar estadios volvió al primer plano de la actualidad y no precisamente por una de sus maravillosas plusmarcas, sino por precipitarse en la salida.

Kingston, la capital mundial de la velocidad, se preparaba para la fiesta, quizás soñando con un doblete e incluso triplete en el podio y se tuvo que conformar con Yohan Blake, un corredor de futuro, pero no un dios como Bolt al que sus compatriotas han situado a la altura del rey del reggae Bob Marley.

El Relámpago suele apuntar a Blake como su sucesor, aunque nunca habría podido imaginar que el relevo se iba a producir tan pronto. Consciente de su paso en falso se quitó la camiseta, cuya bandera había besado momentos antes de vacilar ante la cámara, y empezó a darle la espalda. «¿Buscáis lágrimas?. Pues eso no va a suceder», comentó luego a los periodistas.

Sin el actor principal, continuaba el espectáculo. De repente las opciones de los secundarios cotizaban al alza. Blake se lanzaba hacia el oro para convertirse a sus 21 años en el campéon más joven de la prueba emblemática de los Mundiales.

Fue el único de los asistentes que bajó de los 10 segundos, unos 9.92 que realzan su valor pues soplaba un viento en contra de 1,4 m/s. Segundo terminó el estadounidense Walter Dix, mientras el veterano cristobalense Kim Collins era tercero.

Recuerdos de París

Un bronce inesperado para el caribeño, que con 35 años se ha dado una nueva oportunidad. Precisamente, Collins fue campeón del hectómetro en París'2003, cuando la norma de las salidas falsas se endureció aunque todavía se admitía un solo fallo. En una de las series de 100 metros el ahora célebre Asafa Powell fue uno de los damnificados y abandonó la pista sin rechistar. No así el estadounidense Jon Drummond, que corrió la misma suerte y tumbado en la pista a modo de protesta se negó a retirarse paralizando la competición por espacio de media hora ante el asombro del público y el cabreo de los jueces.

Christophe Lemaitre era entonces un niño. Convertido en el primer y único blanco que ha bajado de los diez segundos, el francés estuvo atento en todas las ocasiones pero no logró encaramarse al cajón en su primera gran final porque, entre tanto ajetreo, se quedó lejos de sus mejores marcas en una final devaluada. Pasó de la alegría compartida con su compatriota Vicaut, tras la clasificación de éste, a la decepción de no ser capaz de pescar en río revuelto.

Con 20 atletas corriendo por debajo de los 10 segundos esta temporada, demasiados se han quedado por el camino. Luego dirán que llegan los mejores. Entre las cribas de los Trials, donde hay que ganarse el puesto en los nacionales; las lesiones y exclusiones por dopaje; además de los errores, las ausencias permitieron ver a dos franceses en la final del hectómetro.

No sólo Bolt fue descalificado. Dos horas antes, en la primera de las semifinales de 100 metros, el británico Dwain Chambers corría la misma suerte dejando la calle seis vacía. Ni la reacción del público, ni la respuesta de los propios atletas o los dirigentes fue la misma. Walter Dix no terminaba de creérselo después de colgarse la medalla de plata. «No pensé que llegarían a descalificarlo. ¿Cómo puedes echar a Bolt de una carrera?», se preguntaba.

La propia IAAF se sintió obligada a emitir un comunicado tras el fiasco. «Por supuesto que es una pena la salida falsa de Usain Bolt, pero es importante recordar que la credibilidad de un deporte depende de sus reglas, y éstas deben ser aplicadas de manera coherente y justa para todos los atletas», subrayaron para recordar también que desde aquel 1 de enero de 2010 en el que la norma entró en vigor los interesados han tenido la oportunidad de adaptarse.