rebelión en libia
Los rebeldes miran a Sirte mientras descartan cualquier diálogo con Gadafi
Alberto PRADILLA | TRÍPOLI
Los rebeldes libios, apoyados desde el aire por la OTAN, se encuentran ya camino de Sirte (450 kilómetros al este de Trípoli), el feudo de Muamar al-Gadafi. Los sublevados han descartado una negociación con el régimen, pero siguen manteniendo conversaciones con los líderes tribales de uno de los últimos focos de resistencia gadafista. Pretenden pactar una entrada de sus tropas sin llegar a enfrentamientos. Sin embargo, estas llamadas al diálogo vienen acompañadas por acciones de los aliados sobre el terreno. Aviones de la OTAN bombardearon ayer Sirte para facilitar el avance de los rebeldes, según aseguró un portavoz de la fuerza militar occidental. Mientras, la situación en la capital continúa marcada por el desabastecimiento: más del 70% de la población no tiene acceso a agua corriente.
«No los reconocemos, son criminales y no negociaremos con ellos. Les perseguiremos y les capturaremos», aseguró ayer Mahmud Shamam, responsable de Información del Consejo Nacional de Transición (CNT), durante una rueda de prensa en Trípoli. El representante de los insurgentes respondía así a las informaciones que apuntaban a un intento de diálogo por parte del régimen. Según estas revelaciones, su portavoz, Musa Ibrahim, habría telefoneado a la agencia AP para abogar por un acercamiento que ha sido descartado. «Son criminales en fuga. No hay negociación con Saadi, el hijo del dictador», insistió Shamam. Con la mayor parte del terreno libio bajo su control, los sublevados se niegan a cualquier diálogo con un Gadafi que sigue en paradero desconocido.
Lo cierto es que las milicias insurgentes han avanzado en la última semana mucho más de lo que habían conseguido en los últimos cuatro meses. Tras hacerse con el control de Trípoli, han logrado establecer un corredor que conecta la capital con Misrata. Además, guerrilleros procedentes de esta localidad se encuentran a 30 kilómetros de Sirte. Por el oeste, los sublevados habrían tomado finalmente Ben Jawad, a 100 kilómetros del bastión gadafista, donde estarían reagrupando sus tropas para iniciar el asedio.
Al mismo tiempo, aviones de la OTAN han bombardeado esta localidad, bajo el argumento de que «continúa siendo una amenaza para los civiles». Sin embargo, Sirte podría encontrarse ahora en una situación similar a la de las ciudades asediadas por Gadafi: cercada desde todos sus accesos. Pero, en esta ocasión, los aviones aliados se utilizan para facilitar la ofensiva. Los responsables del CNT están negociando una rendición de los leales al coronel para evitar enfrentamientos. No obstante, Mahmud Shamam advirtió de que «no será un diálogo sin fin».
Al margen del asedio de Sirte, el Gobierno rebelde está ahora concentrado en la estabilización de Trípoli, tomada desde hace una semana. La escasez de suministros se incrementa y todavía se registran combates en el sur de la ciudad.