«La de contratenor, siendo una voz antigua, es de las más modernas»
Contratenor
Domenech tiene un doble protagonismo en esta Quincena. El domingo ofreció un inusual recital con obras románticas de Kodaly, Schumann y Liszt en el Château d´Arcangues, y mañana clausura el Ciclo de Música Antigua con algunos de los grandes del barroco para contratenor, como Scarlatti o Haendel.
Mikel CHAMIZO | DONOSTIA
Domenech era un pianista convencido hasta que comenzó a dirigir un coro femenino y, durante los ensayos, descubrió que tenía una voz con gran facilidad para el falsete. Más tarde, como pianista acompañante del Coro del Palau de Catalunya, podía imitar las arias que cantaban las solistas que pasaban por allí, ante lo cual figuras como Magda Oliveros le recomendaron seguir por el camino del canto. Hoy es uno de los contratenores más activos, y más polifacéticos, del Estado español.
Aunque cada vez es más habitual, sigue pareciendo raro que un contratenor dé un recital como el que ofreció el domingo, con autores del Romanticismo.
Como contratenor canto música barroca el 80% del tiempo. Pero tengo una base como pianista, antes que cantante, y estaba especializado en el gran repertorio romántico: Chopin, Brahms, Liszt. Por eso fue fácil concebir un concierto en torno a Liszt, y además su vocalidad interactúa mucho con su pianismo. En obras como «Vallée d'Obermann» o la «Sonata Dante», hay momentos de recitativo sin palabras igual al que luego encuentras en sus canciones.
Mañana volverá al repertorio barroco. ¿Es fácil esto para un contratenor?
No es por ser contratenor, si no porque son dos estilos diferentes. A nivel de legato, vibrato o la potencia de voz, Liszt, Kodaly y Schumann me exigen mucha más presencia que la música barroca. Por eso, cuando me pidieron este doble recital, pedí expresamente hacer el romántico primero y disponer de unos días entre medio para descansar y readaptarme otra vez a las características de emisión vocal del barroco, que son muy diferentes.
¿Por qué todavía extraña que los contratenores canten repertorios más modernos?
Es curioso, cuando conoces a una soprano no se te ocurriría decirle `como tú eres soprano cantarás Wagner o Bellini'. No, porque hay muchos tipos de sopranos diferentes. Pero con los contratenores estas tipologías parecen no estar claras, seguramente porque todavía somos pocos. Pero es obvio que tenemos unas características muy diferenciadas, y que mientras algunos se especializan en música medieval y renacentistas, otros poseen voces idóneas para las óperas de Haendel y algunos, incluso, para el repertorio contemporáneo. Tengo un tipo de voz muy mezzosopranil y mi profesora en Londres fue una mezzo, aunque esto me generó algunos problemas, porque allí entre los contratenores prima una voz más aniñada. Es por eso que la mía encaja bien en el primer romanticismo, Schubert, Schumann y Liszt. En cambio, cada vez canto menos repertorio de Renacimiento.
Resulta impactante como ha evolucionado en pocas décadas la técnica de los contratenores.
Eso es porque, siendo una voz antigua, es de las voces más modernas, que se reinventó con Alfred Deller en los 70. Él fue el redescubridor de este tipo de voz, pero su tradición era de niño de coro de catedral y, para bien o para mal, fue esta tradición la que imperó en Inglaterra. Aunque no encaja para nada con mi voz, una de las razones por las que yo me sentía cómodo estudiando allí es porque había muchos contratenores, no era un bicho raro como en Barcelona. Y, afortunadamente, mientras estaba en Londres se dio el fenómeno David Daniels, que llevó la técnica de los contratenores un paso más adelante, defendiendo que él tenía una presencia vocal, agilidades, vibrato y capacidad para cantar en grandes espacios. Este cambio me afectó personalmente, porque la gente pasó de decir que yo era un contratenor que cantaba `muy fuerte' a un contratenor que canta como David Daniels. Desde entonces el fenómeno ha sido imparable y hoy puedes encontrar contratenores con técnicas diversas, y eso también permite más libertad a la hora de configurar la voz y el repertorio. Ten en cuenta que, para mí, el repertorio vocal referencial eran cosas como Wagner y Strauss, no la música barroca.
Parece que el contratenor ha arañado mucho terreno a las mezzosopranos y contraltos.
Se ha normalizado la imagen del contratenor. Antes éramos una figura exótica y ahora se ha creado una sana competición entre voces de alto masculinas y femeninas. Me gustan mucho algunos castings que se dan ahora, mixtos, en los que hombres y mujeres optamos al mismo rol. No obstante, si has visto óperas de Haendel, como «Giulio Cesar» o «Rodelinda», con un protagonista masculino, planta de héroe y buena voz de contratenor, resulta un poco difícil volver a creerte después a dos señoras vestidas de caballeros besándose. Hay contraltos estupendas que cogen una espada y te acongojan, como Ewa Podles. Pero hoy, que se presta tanta atención a la cuestión dramática y actoral, un buen contratenor da más juego en escena.
«Se ha normalizado la imagen del contratenor. Antes éramos una figura exótica y ahora se ha creado una sana competición entre voces de alto masculinas y femeninas».
Intérpretes: Lawrence Brownlee (tenor) y Giulio Zappa (piano).
Programa: Canciones y arias de Mozart, Liszt, Duparc, Verdi, Carter, Thacker Burleigh y Johnson.
Lugar y fecha: Teatro Victoria Eugenia (Donostia), 28-8-2011.