El mashote de Tarifa, Luis Fernández, estrenó su luego exitosa singladura en el Athletic con una dolorosa derrota por 3-0 contra el Betis en el Villamarín; el txingurri Valverde, del que también se guarda buen recuerdo en la Catedral, cayó 0-1 ante el Barça en su debut; y el `resucitador' Joaquín Caparrós comenzó su andadura con un triste 0-0 en San Mamés ante Osasuna. En los 17 últimos estrenos en el banquillo rojiblanco, desde que cogiera las riendas Iñaki Sáez, sólo tres ténicos, Jupp Heynckes -por dos veces-, Mendilibar `el breve', y el fiasco de Stepanovic saldaron con victorias sus inicios con los leones. El domingo, muchos ya cuestionaban a Marcelo Bielsa por ese desangelado empate ante el Rayo, y hasta había aficionados que no le garantizaban el turrón navideño.

En la propia web del Athletic se hacía referencia a esa paciencia de la que hacía gala el santo Job. «No ha sido el mejor estreno posible, pero faltan muchas citas para poder calibrar en su justa medida la nueva forma de jugar que Marcelo Bielsa pretende poner en práctica. Así que mientras se desgranan las jornadas tenemos que hacer valer una virtud necesaria, la de la paciencia, no lo olvidemos, imprescindible cada vez que en el banquillo de San Mamés recala un nuevo entrenador. Y ahora no hay ninguna razón para que se actúe de distinta manera».

Lo que sí parece evidente es que el sello del argentino en el estilo de juego del Athletic costará no más de lo esperado, sino que costará lo que tenga que costar. Es fácil ponerle etiquetas a su proyecto futbolístico, pero nada sencillo exponerlo sobre el césped cuando, no lo olvidemos, el contrario también juega y, además, sabe a qué juega uno.

Más allá del intenso trabajo táctico al que Bielsa somete a su plantilla en Lezama, esa `chuleta' diaria debe ir acompañada de un convencimiento por parte de los futbolistas de que pueden jugar así: Iraizoz se tiene que convencer de que puede parecerse a Víctor Valdés, San José hacer de Piqué, Herrera de Xavi... Si los centrales rojiblancos no están convencidos de que pueden salir con el balón jugado, o dar un pase en corto al compañero o mantener la pelota durante una larga transición, cualquier pizarra se irá al traste. Los protagonistas necesitan confiar en el nuevo sistema, confiar en que son capaces de ponerlo en práctica, y eso no se consigue en 40 días y dos partidos oficiales, por mucho que al propio Bielsa le engradezca no echar mano de justificaciones

Bielsa y el Athletic saben ya cómo les jugarán muchos equipos en San Mamés, y también fuera de casa. La pregunta es si Bielsa sabía que el Rayo le iba a jugar así. En el fútbol todo está inventado, ni siquiera el `Pep Team' ha descubierto el Santo Grial. Y sortear esa presión que a uno le hacen arriba cuando quiere sacar el balón controlado desde abajo -como el Real Madrid ha decidido jugarle al Barça- tiene tambien su antídoto: jugar con apoyos cortos y rápidos, hasta oxigenar esa presión. Y, sobre todo, confiar en que lo sabes hacer. El problema es que, que sepamos, y de momento, sólo parece saber hacerlo el mismo Barcelona.

El problema de las bandas

De igual modo habrá que esperar al partido de Cornellá ante el Espanyol para conocer las intenciones de Bielsa con respecto a algunos puestos, sobre todo esos laterales que no acaban de asentarse. La vuelta de Iraola a `su' banda parece segura -pero sigue sin un recambio de garantías, a no ser que foguee a Jonás Ramalho-, y en la izquierda De Marcos sigue sin convencer en esa posición, mientras Aurtenetxe espera su oportunidad. Muchas críticas está recibiendo también la zaga central, sobre todo San José, así que habrá que ver si Ekiza aprovecha otra vez cualquier `brecha'.

Javi Martínez, Iturraspe, Muniain, Herrera y Llorente parecen los `intocables' de Marcelo Bielsa, porque ni Gabilondo, ni Susaeta han aprovechado sus exámenes, y quién sabe si el `guante' diestro de David López puede ser la solución a esos pésimos centros al área. Y del aprovechamiento táctico de los córners, mejor para otro día...