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La sombra del conflicto libio planea sobre sus vecinos africanos

Tanto Argelia como la sección magrebí de Al-Qaeda vinculan sus últimos enfrentamientos armados con la situación en Libia. Paralelament, Mali denuncia el retorno de miles de tuaregs huidos del frente libio. Éstos acusan a Bamako de dar manga ancha al Aqmi.

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Mientras los rebeldes del Consejo Nacional de Transición (CNT) eran obligados ayer a retratarse con la plana mayor del Ejército de Qatar en Doha, las señales de que el irresuelto conflicto libio ha comenzado a salpicar a sus vecinos y amenaza con desestabilizar todo el Sahel africano son cada vez más preocupantes.

La sección magrebí de Al-Qaeda (Aqmi), no dudó en relacionar su atentado contra la academia militar argelina de Cherchell con el apoyo de Argel «al régimen de Gadafi».

Esta reivindicación ha sido prácticamente silenciada por los grandes medios de comunicación, al igual que la denuncia por parte del régimen argelino de la entrada por la frontera con Libia (más de 1.000 kilómetros) tanto de milicianos del Aqmi como de armas, lo que habría derivado en un recrudecimiento de los ataques del yihadismo armado en suelo argelino.

Argelia ha sido acusada por los rebeldes libios del CNT de enviar refuerzos para apoyar a Gadafi e incluso de dar asilo al coronel libio. Su embajada en Trípoli fue saqueada con motivo de la ofensiva rebelde.

Argelia sigue sin reconocer al CNT como «único representante legítimo del pueblo libio» e insiste en su neutralidad.

El pasado domingo, el portavoz oficial del CNT, Ahmed Omar Bani, amenazó con que «llegará un día en que ellos (el régimen argelino) deberán responder por su posición ante los revolucionarios libios». En este clima, y en el marco de la reubión de la Liga Árabe en El Cairo, ayer se reunieron el ministro de Exteriores argelino, Murad Medelci, y el número dos del CNT libio, Mahmud Jibril.

El Sahel

ONG occidentales en Mali alertan de la llegada de miles de combatientes tuaregs bien armados y hasta ahora a las órdenes de Muamar al-Gadafi que huyen del escenario libio.

Por contra, los tuaregs acusan a Mali y a «algunos estados occidentales» de dar alas al Aqmi en la zona, tal y como denunció el líder de esa etnia, Ibrahim Ag Bahanga, antes de morir el viernes en un accidente de tráfico.

ALEMANIA

El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, alardeó ayer en Berlín de la intervención en Libia, rechazada por Alemania. Ello coincide con las críticas al ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, por su ambigua posición respecto al conflicto.

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