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Paso de la tormenta tropical «Irene» por EEUU

Obama se protege con el «Katrina» aún en mente

Barack Obama no quería comparaciones con la fallida respuesta de la Administración Bush frente al huracán «Katrina», pero su gestión ante la que finalmente ha sido la tormenta tropical «Irene» ha sido tachada de alarmista y exagerada. Él insiste en que el peligro, por las lluvias, persiste.

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Mirari ISASI

Al final no fue para tanto, aunque dejó 22 víctimas mortales a su paso por ocho estados de EEUU. El que se auguraba como «un huracán histórico», tocó tierra en EEUU como tormenta tropical, característica que fue perdiendo al llegar a la frontera con Canadá. Pero el presidente estadounidense, Barack Obama, insistió en que el peligro no ha pasado y en que sus consecuencias se dejarán notar todavía durante un tiempo, sobre todo las inundaciones que, a causa de la crecida de los ríos por las intensas lluvias, pueden persistir semanas, y el restablecimiento del servicio eléctrico, que en algunos casos puede retrasarse días. Por eso, instó a sus conciudadanos a mantener la alerta.

Consciente de la caída de su popularidad y con la desastrosa gestión con la que su predecesor, George W. Bush, hizo frente en agosto de 2005 al devastador huracán «Katrina» que destruyó Nueva Orleans y dejó casi 2.000 muertos, todavía en mente, Obama no quiso arriesgarse y fue muy enfático al advertir a la población, muy dada a ignorar este tipo de alertas, de que tomara las precauciones necesarias y atendiera inmediatamente a las órdenes de evacuación.

Pero el impacto en Nueva York y Washington, ciudades que suelen ser escenario habitual de todo tipo de desastres en las películas, no fue el esperado y no han sido pocas las voces que han criticado a Obama por su «alarmismo», «sobreactuación» y haber tomado unas medidas «demasiado exageradas» ante la llegada de «Irene» y mucho más duras las dirigidas contra su alcalde, Michael Bloomerg, que paralizó el transporte público horas antes de que el cielo se tornara gris y cayeran las primeras gotas de lluvia, escaldado aún por la críticas a su respuesta a la gran tormenta de nieve del invierno.

El presidente estadounidense adelantó el viernes el regreso de sus vacaciones para seguir desde Washington el avance del huracán y la coordinación de las tareas de asistencia para que no se le tachara de poco previsor y hacer olvidar la «lentitud de reflejos» que se le achacó durante el vertido de petróleo en el Golfo de México. A la vista del desgaste de su popularidad debido a la crisis económica, que tras un repunte a raíz de la operación militar que acabó con la vida de Osama bin Laden cayó por primera vez al 39% este mismo mes arrastrada por su manejo de la crisis en torno al límite del endeudamiento del Gobierno, ha puesto especial cuidado en dejar clara su participación en la coordinación de las tareas de prevención, para evitar los errores cometidos por Bush ante la llegada del «Katrina», ya que tardó dos días en regresar de sus vacaciones en su rancho de Texas.

Obama quiso evitar que se repitiera lo ocurrido en Luisiana y Mississippi y, además de ordenar la evacuación de cientos de miles de personas, mantuvo a dieciocho equipos de respuesta a desastres, veinte helicópteros de rescate y aviones de reconocimiento, más de 100.000 efectivos de la Guardia Nacional y 6.500 militares preparados para intervenir en respuesta a la tormenta. La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), por cuyas instalaciones pasó el presidente, lanzó incluso un nuevo y costosísimo software compatible con Android que permitía seguir paso a paso la información sobre cómo prepararse para un huracán y cómo solicitar ayuda ante el desastre, que en ocasión del «Katrina» llegó con demasiada demora.

Pero las inusitadas medidas de precaución no fueron necesarias, porque el impacto de la tormenta tropical «Irene», que tuvo en jaque a EEUU desde antes de que tocara tierra, no fue el esperado, aunque dejó 22 víctimas mortales en el país y varias más en el Caribe. Durante su recorrido de más de 1.700 kilómetros por la Costa Este del país, donde 4,5 millones de personas se quedaron sin electricidad, más de 10.000 vuelos fueron cancelados y, según una primera evaluación, los daños económicos podrían situarse entre los 1.000 y los 4.000 millones de dólares, informó Efe.

«Irene» tocó tres veces territorio estadounidense: en Carolina del Norte, Nueva Jersey y Nueva York, una zona, el noroeste estadounidense, al que no le afectan con mucha frecuencia huracanes o tormentas tropicales. De hecho, ha sido la primera vez desde 1985 que a Nueva York le tocaba uno.

22 muertos

El hallazgo ayer del cadáver de una joven arrastrada por las aguas de un río en Vermont y del cuerpo de un hombre en Nueva York elevó a 22 el balance de muertos que ha dejado en EEUU «Irene», que como tormenta tropical ayer azotó el este de Canadá.

sin electricidad

La tormenta tropical dejó sin electricidad a unos 248.000 hogares en Quebec, en el este de Canadá, donde tocó tierra el domingo por la tarde (noche en Euskal Herria). Los fuertes vientos y las intensas precipitaciones provocaron cortes de electricidad.

aeropuertos

Los principales aeropuertos de Nueva York -JFK, Newark y La Guardia-, cerrados el sábado, fueron reabiertos a primera hora de ayer. Más tarde lo hizo el de Stewart, mientras que el de Teterboro, con inundaciones, necesitará más tiempo.

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