ATHLETIC Juvenil Nacional
La prometedora camada del 95
Una de las generaciones de oro de la cantera rojiblanca debuta en juveniles este mediodía, en Lezama, frente a la Real Sociedad.
Joseba VIVANCO | BILBO
Los últimos jugadores rojiblancos en ser llamados por la selección española no han sido Fernando Llorente ni Javi Martínez, sino tres chavales de 16 años, habituales en las categorías inferiores de la Roja, que han sido convocados para la sub´17 -junto a Real Madrid y Barcelona, el equipo que más futbolistas aporta-. Se trata de Iker Undabarrena Martínez, Oscar Gil y Aitor Seguín, este último conocido ya por todos los aficionados por haber sido uno de los cachorros que Bielsa ha `apadrinado' esta pretemporada. Pero los tres jugadores son los abanderados de una generación de futbolistas salidos de la cantera de Lezama, la del 95, en la que desde hace años se tienen puestas muchas esperanzas. Expectativas que se espera empiecen a confirmar en su debut oficial, hoy, a las 12.00, ante su enemigo más íntimo, la Real Sociedad.
Vicen Gómez -quien arribó a Lezama en el año 2000 y conoce bien las categorías inferiores- será el encargado de encauzarles en su primer año de juveniles. Estos días excusaba valorar las potencialidades de esta plantilla; prefiere, probablemente, que sus chicos hablen en el propio terreno de juego.
Pero lo que no se puede evitar es que en los corrillos de Lezama -y no hablamos del estamento técnico, sino de toda esa amplia familia rojiblanca de familiares y aficionados que los fines de semana se pasan por allí- esta cosecha del 95 sea considerada como la última joya de la corona. Algunos de ellos, por ejemplo, formaban parte de la selección vasca dirigida por Julen Guerrero y campeona del Torneo estatal Coca-Cola sub´16, hace sólo unos meses.
Un plantel en el que faltarán hasta cuatro chavales de esa generación, a quienes se ha subido un escalafón más, al Juvenil de División de Honor de Bingen Arostegi, lo que indica a las claras su potencial. Hablamos de los citados mediocampistas Undabarrena (Gorliz) -un `organizador' habitual con la selección española-, Gil (Peralta) -jugador de envergadura y técnica, que fue de los mejores el fin de semana pasado contra el Danok en Mallona- y del extremo zurdo Seguín (otro eibartarra más), además del lateral diestro Markel Etxeberria (Erandio).
Pero, a pesar de esas notables ausencias, el equipo seguirá teniendo muy buenos mimbres, como los Yeray, Agirrezabala, Iriondo, Gorka Santamaría... además de recientes incorporaciones como las de Julen Uriguen, un centrocampista con mucho talento procedente del Gernika; Julen Huidobro, mediocampista ofensivo y llegado desde el Danok Bat; y el habilidoso amurriotarra Asier Benito.
Pero entre los nuevos destaca el nombre de un ex-realista, el mediapunta internacional Unai López, la perla de Zubieta, cuyo fichaje tanta polémica generó hace meses. Un nuevo y valioso `leoncito' a sumar a la ya impresionante camada del año 95.
Urtzi Iriondo Petralanda y Eneko Iriondo Petralanda, de Zeberio, y por otra parte, los bilbainos Ander Santamaría Nos y Gorka Santamaría Nos. Se da la circunstancia de que en el equipo del Juvenil de primer año se citan dos parejas de gemelos. El tiempo dirá si un día llegarán al primer equipo, como otros hermanos ilustres del Athletic. Como el caso de Ignacio y Antonio, los Arieta-Araunabeña, o mejor Arieta I y II, que, eso sí, se llevaban trece años, con lo que difícilmente pudieron coincidir. Lo mismo que sucedió a los Aguirrezabala, Marcelino e Ignacio, conocidos como Chirri I y Chirri II, que nunca llegaron a jugar juntos, a pesar de los siete años de diferencia. Sí pudieron hacerlo los hermanos Rojo Arroitia, quienes compartieron el vestuario durante siete temporadas, aunque el mayor, Txetxu, debutara cinco años antes que su hermano José Ángel. También lo lograron los Salinas, que apenas se llevan un año de edad, y que no sólo tuvieron ocasión de jugar juntos, sino también de enfrentarse: Julio, intentando driblarle, y Patxi, defendiéndose de él. J.V.
Fue Marcelo Bielsa quien ayer se sentó ante los periodistas tras el entrenamiento y lo hizo para, entre otras muchas cosas, dar muestras de su personalidad y reconocer sentirse «avergonzado» por la situación de los `apartados'. «Ignoraba que no se puede hacer», dijo, para añadir: «Me disculpo públicamente con los futbolistas por la situación vivida». Y apuntó: «Me hubiera gustado saber este reglamento 50 días antes», aunque no se quitó responsabilidad. Sobre el partido ante el Espanyol, sabedor de la necesidad de puntuar -«en cualquier partido la victoria es indispensable», dijo-, el rosarino admitió percibir «impaciencia en torno al equipo. Coincido con la opinión del presidente». J.V.
