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ENTREVISTA | Helena FRANCO, Diputada de hacienda y finanzas de Gipuzkoa

«Es positivo que el debate sobre la reforma de los impuestos esté sobre la mesa»

La nueva diputada de Hacienda asegura en su primera entrevista a un medio de comunicación que su Departamento trabajará para volver a una situación en la que los gastos «se ajusten a los ingresos», por lo que tendrá que mejorar la gestión de la recaudación. Ve positivo que el debate sobre la reforma de los impuestos planteado por el lehendakari esté sobre la mesa y sostiene que la bancarización de las cajas constituye «un error estratégico en un momento de incertidumbre financiera absoluta».

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Joseba SALBADOR |

En julio tomó posesión de uno de los cargos que mayor presión mediática está recibiendo, por ser la primera vez que Bildu dirige el departamento que gestiona las finanzas de Gipuzkoa y de sus contribuyentes. Consciente de la expectación creada, Helena Franco Ibarzabal responde con grandes dosis de cautela pero, al mismo tiempo, con un constante afán didáctico.

¿Cuáles van a ser las líneas generales de actuación de su departamento?

Para 2012 estamos elaborando un presupuesto cuya gestión va a suponer un importante esfuerzo de austeridad en el gasto. Podríamos haber recurrido a mayor endeudamiento, retrasando los ajustes uno o dos años, pero al final van a tener que venir y, además, tendríamos que realizarlos en peores condiciones presupuestarias, porque la carga financiera sería mayor. Por ello hemos decidido que es el momento de iniciar una senda que nos permita volver a una situación en la que, en general, los gastos se ajusten a los ingresos, es decir, no seguir por encima de nuestras posibilidades, un poco en la línea de lo que están haciendo también las empresas y las familias. Ahora bien, si queremos más gasto social o en infraestructuras, tendremos que mejorar nuestro capítulo de ingresos, tanto con modificaciones en las figuras fiscales como con una mejor gestión de la recaudación. Es donde realmente podemos avanzar.

En su primera comparecencia, mostró un panorama bastante sombrío sobre el estado de las cuentas públicas de Gipuzkoa, del que responsabilizó a los anteriores responsables forales. Estos le acusaron de hacer una interpretación «irreal», aunque no lo negaron.

Yo creo que los datos que dimos están bastante bien justificados. En cuanto a los capítulos de políticas sociales y billete único, que estaban comprometidos pero no reflejados en el presupuesto, nadie ha negado que hubiera un desajuste a la hora de asignar a las partidas correspondientes la cuantía que realmente iban a requerir. Y en el capítulo de ingresos, es obvio que estamos haciendo estimaciones, pero ya se preveía que el aumento del 7% sería difícil de cumplir, previsiones que no hacen sino confirmarse teniendo en cuenta la evolución de la recaudación hasta julio y las nuevas actuaciones del Estado.

El anterior equipo aludió a un remanente de 73 millones para cubrir ese déficit. ¿A qué se refería?

El remanente de tesorería, para que lo entendamos todos, sería lo que ha sobrado del ejercicio anterior, una vez liquidado el presupuesto. Tal y como dijimos en la rueda de prensa, tenemos un gasto no contemplado en los presupuestos de 35 millones, al que en principio vamos a hacerle frente mediante una reordenación de gastos. Pero sigue quedando un desfase de 66 millones, debido al desvío de los ingresos por lo que, para cuadrar el presupuesto, tendremos que recurrir a algún dinero. Y como en este momento no tenemos previsto recurrir a más endeudamiento, utilizaremos el remanente que, evidentemente, nos gustaría que fuera mayor, porque nos daría más margen de maniobra.

Pello González se quejaba de que hubieran hecho pública esa denuncia antes de la reunión prevista entre ambos equipos.

Es cierto que el anterior equipo de gobierno se ofreció desde el primer momento a mantener una reunión, lo cual nos parecía muy adecuado con el fin de mantener esa conexión entre el equipo saliente y el entrante. Pero dada su importancia, no queríamos que fuera una mera de reunión de protocolo, sino de trabajo. Por ello pensamos, y así se lo comunicamos, que iba a ser más operativo hacerlo una vez tuviéramos constituido todo nuestro equipo. Lo que ocurre es que, en ese lapso de tiempo, hemos tenido que tomar una serie de medidas que afectaban a los ciudadanos y ciudadanas, hemos tenido que recortar unas partidas frente a otras, y eso lo teníamos que explicar al conjunto de la sociedad guipuzcoana.

¿Cómo les ha sentado la decisión de Madrid de paralizar el pago de 206 millones para compensar las discrepancias en torno al Cupo y empezar a cobrar la deuda del «caso Rover»?

En principio, yo creo que la decisión nos ha sorprendido a todas las administraciones de la Comunidad Autónoma por su carácter unilateral. De hecho, el propio marco jurídico establece que hay una serie de mecanismos para dirimir estas cuestiones, como la Comisión Mixta del Concierto Económico. Esta actuación es preocupante, como también lo es que se tenga que cobrar la deuda de Rover sin que se hayan establecido previamente unos plazos.

¿Hasta qué punto es cierto que las instituciones vascas descontarán esa cantidad del pago a cuenta del Cupo que deben realizar el 30 de setiembre?

En principio, el que está gestionando toda esta cuestión es el Ejecutivo de Gasteiz y el resto de administraciones estamos en contacto y a la espera de que Madrid dé una explicación y ver si hay canales para reconducir la situación. En cuanto a no hacer efectivo el pago que nos corresponde, todavía no hemos adoptado ninguna resolución, pero me parece muy peligroso entrar en este juego, por la inseguridad que genera y porque no hace sino dificultar la gestión y la toma de decisiones.

Esta actuación del Gobierno español, ¿constituye un ataque a la autonomía financiera de las instituciones vascas?

No hay duda de que el actual marco jurídico genera una serie de dependencias y servidumbres que reducen y condicionan nuestro margen de actuación en muchos ámbitos. Todo esto se podría solucionar si avanzáramos en términos de una mayor soberanía política.

Otra cuestión que afecta directamente a las cuentas forales es la referida a las sentencias contra las vacaciones fiscales.

Es un tema prioritario para nosotros, pues las sentencias de los tribunales europeos son claras al respecto y no se puede demorar más, ya que ello significaría incrementar sus consecuencias. Con lo cual, tenemos que hacerle frente ya e intentar buscar las soluciones más satisfactorias para todos los afectados. También añadir respecto a las vacaciones en sí, se enmarcan en un planteamiento fiscal excesivamente favorable en el tratamiento de los beneficios de las empresas, una filosofía que no compartimos.

Patxi López presentó su propuesta de modificación de impuestos. ¿Qué opina sobre la misma y cree conveniente que haga este tipo de propuestas a las diputaciones, que son las que tienen competencias?

En general, el enfoque que se propone puede tener muchos puntos de conexión con algunos aspectos que planteamos, pues el objetivo es recuperar la equidad del sistema, que no haya tratamientos fiscales diferentes en función del origen de las rentas, que no haya excesiva condescendencia con cierto tipo de rendimientos muchas veces ligados a prácticas especulativas... En cualquier caso, lo primero que hay que valorar en positivo es que el debate esté sobre la mesa, sobre todo después de varias décadas de reformas justo en el sentido contrario, y después ya iremos avanzando en elementos concretos. Y respecto a si el lehendakari tiene competencia para hacerlo, es cierto que la competencia en materia tributaria corresponde a las administraciones forales, pero también lo es que a Gasteiz se le reconoce cierta capacidad de intervención, por eso forma parte del Organo de Coordinación Tributaria del Consejo Vasco de Finanzas.

En el Estado, PSOE y PP han dado su apoyo a la modificación de la Constitución para limitar el déficit de las administraciones públicas. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Comparto en principio la crítica que se está haciendo desde sectores progresistas a lo que supone establecer una limitación al déficit a través de una reforma constitucional. El déficit es un desequilibrio presupuestario al que, en principio, no nos gusta recurrir a las administraciones. Pero a veces hay que hacerlo, y ponerle un tope de máximo rango legal me parece excesivo. Además, refleja claramente una ideología concreta orientada a reducir la presencia del sector público en la economía. Tampoco debemos olvidar su carácter centralizador, que supone un control absoluto sobre el resto de administraciones, condicionando más su capacidad de decisión.

Respecto a la fusión de las cajas vascas, ¿cuál es la posición de la Hacienda guipuzcoana?

No nos opondríamos a la fusión si se planteara en otros términos. Pero aquí, lo que se está planteando es crear un banco y nosotros estamos absolutamente en contra, pues nos parece un error estratégico. En un momento de incertidumbre financiera absoluta como el actual, es mucho más interesante tener unas entidades que tengan un control público y social importante, que estén enraizadas en el territorio, que respondan a los verdaderos intereses de las empresas y las familias vascas. Además, el proceso se está llevando a cabo de una forma muy acelerada y creo que el debate tendría que ser más profundo y más transparente, pues se trata de un patrimonio del conjunto de la sociedad que vamos a ceder a un banco, en definitiva. Y en el caso de Kutxa, nos parece muy criticable que se tomen las decisiones sin contar con la nueva representación institucional, que en el caso de la la Diputación al estar representada como entidad fundadora supone un porcentaje muy importante en la asamblea general.

«El fraude fiscal va en contra de la protección solidaria de los ciudadanos»

Históricamente, el «fisco» ha transmitido cierta sensación de recelo. La diputada de Hacienda trata de mostrar lo positivo de que contribuyamos al bienestar social.

El anterior gobierno anunció un incremento de la presión para reducir el fraude fiscal. ¿Cree que las instituciones hacen todo lo posible por atajarlo?


Es uno de los aspectos que queremos desarrollar a lo largo de estos cuatro años. Nuestra postura es que el fraude fiscal es totalmente inadmisible, pues va en contra de todo lo que pueda ser una actuación solidaria de los ciudadanos, y claramente perjudicial para quien cumple escrupulosamente con lo que le corresponde. En los últimos años sí parece que ha habido un tratamiento más riguroso, y es una línea en la que vamos a profundizar desde el punto de vista de la inspección y de la comprobación de las declaraciones. También estamos barajando la posibilidad, a nivel de normativa, de detectar cuáles son las principales vías de escape. Es fundamental que colaboremos y cumplamos  nuestras obligaciones con Hacienda, es básico para que en momentos de crisis y necesidad la actuación pública pueda estar en condiciones para ayudar a las personas y a las empresas a hacer frente y superar esas etapas de mayores dificultades..

La evolución positiva del IRPF y del Impuesto de Sociedades y la disminución de la recaudación por IVA e impuestos indirectos, ¿reflejan una tendencia de la economía guipuzcoana?

Tenemos que ser cautos, pues una serie de acontecimientos pueden hacer que varíe la evolución acumulada de la recaudación. No soy partidaria de hacer una lectura con datos a tan corto plazo. Parece que los impuestos directos presentan una tendencia algo mejor que la de los indirectos, lo que tendrá que ver seguramente con una menor aceleración del consumo, pero no hay que olvidar que los datos del IVA, por ejemplo, no se refieren exclusivamente a la gestión realizada en Gipuzkoa, pues en la CAV tenemos una caja común, por lo que la lectura tiene que ser precavida. Tampoco hay que olvidar que la disminución se produce respecto a 2010, cuando hubo un ingreso extraordinario como es el del caso Rover, que precisamente ahora hay que devolver. J.S.

 

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