La llegada hoy y mañana, treinta y tres años después, de sendas etapas de la Vuelta a Bilbao y Gasteiz ha desatado (...) una polémica que entremezcla, y muchas veces confunde, ámbitos meramente deportivos con intereses económicos y motivaciones políticas de los que la ronda ciclista, sin embargo y como cualquier otro deporte de masas, difícilmente puede pretenderse exenta. Pero contemplada la prueba como tal, como mera competición deportiva del más alto nivel, evidente atracción y numerosísima afición en Euskadi, es decir, libre de connotaciones ideológicas que la sociedad vasca podría llegar a discernir incluso en la denominación -Vuelta Ciclista a España- (...); no cabe duda, como en el caso de otros deportes y sus torneos de ámbito estatal, de que el hecho de que la carrera se detenga en Euskadi es una oportunidad para contemplar in situ una de las tres grandes pruebas por etapas del calendario internacional pero también para proporcionar un impulso hoy necesario a un deporte de fuerte raigambre en la sociedad vasca. No cabe cuestionar tampoco la oportunidad de mostrar Euskadi a los más de 160 países que recibirán imágenes televisivas de la prueba, entre ellas las zonas de Bilbao de mayor atractivo turístico, con su correspondiente incidencia a nivel internacional, y el impacto que supone en el sector tanto en el medio plazo como en el inmediato con la importante ocupación hotelera (...). Ni la inversión directa, el canon de ciento cincuenta mil euros a pagar como final y salida de etapa a Unipublic (...). Puede existir, eso sí, una reticencia que no cabe ni debe achacarse a la carrera, mucho menos a sus protagonistas, porque solo surge del interesado intento partidario con que PSE y PP han tratado de capitalizar la llegada de la competición a Euskadi como síntoma de una malentendida -e inexistente- normalidad política fruto del llamado cambio, intento que únicamente podía contribuir a enrarecer la aceptación social de la Vuelta (...). Pero dicha actitud y las reticencias que pueda generar, en todo caso, no alteran la realidad: será Euskadi la que reciba hoy a la Vuelta y disfrute con ella.