Manuel Alcántara, 2011/9/8, el correo
Derecho a la vida, dicen
(...) Hablo de eutanasia, o sea, de bien morir, no de cargarse al abuelito porque tose mucho, tesis que no me conviene, ya que sigo fumando un poquito demasiado, o sea, lo justo. Me refiero a los desahuciados sin esperanza, previo dictamen de los médicos que han hecho todo lo posible y por lo tanto saben que no hay posibilidad alguna. No se trata de matar a nadie, sino de impedir que cualquier persona que termine sus días terrestres y reitere su petición no tenga tantos inconvenientes. Algo tendrá que decir el protagonista. Debe ser escuchado cuando aún esté vivo. Si está en las últimas no se sabe lo que puede decir porque en general no se le entiende.
Los especialistas en eso que llamamos «después» siguen empeñados en amargarles la vida a quienes ya no la tienen y quieren morir sin dolores horribles y sabiendo quiénes eran. (...)