«Star Wars»: la fuerza siempre le acompaña
El estreno en Blue-Ray de la saga completa «Star Wars», el anuncio del reestreno cinematográfico de los seis filmes que componen esta franquicia en formato 3-D y el gran éxito y múltiples premios que ha conseguido el antológico anuncio publicitario de una conocida marca de coches en el que un niño o niña disfrazado de Darth Vader quiere poner en práctica sus poderes, dejan bien a las claras la perpetuidad de esta space-opera orquestada por George Lucas.
Koldo LANDALUZE |
La sola rememoración de un instante observando una pantalla que permanece a oscuras, provoca el efecto mágico de recuperar una secuencia inolvidable de nuestra infancia. Sobre fondo negro permanecen impresas las palabras que dan sentido a este sortilegio: «Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...».
El resto ya forma parte de un ritual imperecedero. A tan sólo tres segundos de distancia de esas palabras mágicas, la sala de cine se sobresalta con la andanada de metales y percusión de una música que acompaña la irrupción de dos palabras: «Star Wars». El compositor John Williams hace chasquear su batuta en pleno frenesí sonoro, más palabras acaparan el protagonismo de la pantalla.... las palabras conforman un texto que progresivamente se diluye en el infinito de una oscuridad que comienza a teñirse de estrellas y planetas diminutos.
En aquel instante preciso, y con tan sólo un ligero movimiento de cámara, nuestra infancia cambió por completo cuando visionamos la irrupción de una pequeña nave perseguida por un interminable crucero imperial.
«La guerra de las galaxias» pertenece a esa rara clase de fenómenos sociales que se gestaron en una sala de cine y han subvertido los códigos generacionales, lo que provocará que, en breve -con el estreno de la saga en formato tridimensional-, padres, hijos y nietos compartan la magia original de esta singular experiencia cinematográfica de la que se han escrito infinidad de tratados.
Insensato proyecto
Hace mucho tiempo, en un rincón de la galaxia de Hollywod, el agente de un cineasta llamado George Lucas cruzó el umbral de los estudios 20th Century Fox portando bajo el brazo un guión. Antes de esta secuencia, el agente Jeff Berg ya había peregrinado por otros estudios y había recibido el mismo «No» por respuesta: A los jóvenes ya no les interesaba la ciencia ficción.
El hijo del célebre actor Alan Ladd que trabajaba como productor ejecutivo de la Fox, confesó a Berg su admiración por la primera película de Lucas -«THX 1138»- y no dudó en apoyar este nuevo proyecto insensato. Puso al servicio de Lucas 50.000 dólares para que terminara el guión y 100.000 más para asegurarse de que Lucas dirigiría la película.
En los despachos de la Fox comenzó a cobrar interés este proyecto y ofreció al cineasta medio millón de dólares por su trabajo. Lucas rechazó esta suculenta oferta a cambio de quedarse con un porcentaje de taquilla y los derechos mundiales del merchandising que tenía proyectado poner en el mercado.
Mientras los altos jerarcas de la compañía sonreían y se regocijaban por el excelente trato que habían hecho, el tiempo se encargó de dar la razón al cineasta ya que el merchandising ha generado tantos ingresos como aquella primera entrega de «La guerra de las galaxias». En los 70 el cine, y especialmente la ciencia ficción, no pasaba por su mejor momento, pero este proyecto sacudió por completo las taquillas del mundo recaudando 300 millones en el momento de su estreno.
La primera historia que debía contar esta monumental space-opera narraba las aventuras de una princesa llamada Leia en el siglo XXXIII. La protagonista debía pelear contra la dictadura del Imperio con la ayuda de un viejo general Jedi llamado Luke Starkiller. En su huida, Leia se refugia en el planeta Aquile donde conoce a una banda de diez niños que serán adiestrados por el viejo maestro Starkiller para combatir a las fuerzas del mal.
Han Solo y Leia
Como se puede comprobar, pocas cosas quedaron de esta idea primitiva en la primera entrega de la saga, la cuarta si se tiene en cuenta la cronología de Lucas. En aquel primer libreto había un lagarto de siete patas dotado de largas branquias llamado Han Solo y alguien pensó, con buen criterio, que este personaje no podía resultar excesivamente atractivo para la princesa Leia. La primera opción para este personaje, ya en su formato humano, fue el actor afroamericano Glynn Turman, le siguió Christopher Walken y el elegido finalmente fue Harrison Ford, un actor apenas conocido y que con anterioridad había trabajado a las órdenes de Lucas en «American Graffiti».
El primer Luke Skywalker iba a ser encarnado por Will Seltzer y la princesa Leia por la sexy Terry Nunn cuya fisonomía engalanó la portada de la revista Play Boy. Finalmente, Lucas optó por Carrie Fisher (hija de la actriz Debbie Reynolds y el cantante Bobby Fisher) y un desconocido llamado Mark Hamill.
La primera opción de Lucas para el papel de Obi-Wan Kenobi siempre fue el prestigioso actor japonés Toshiro Mifune -recordado por sus participaciones en las películas de Akira Kurosawa-, pero sería el gran actor británico Alec Guinnes el encargado de portar la espada láser del legendario caballero Jedi. A pesar de que no figuren en los créditos, el argumento original estaba basado en la novela «Hágase la oscuridad», de Fritz Leiber, y todas las escenas y combates galácticos en «La legión del espacio», de Jack Williamson y en un viejo cómic de comienzos del siglo XX titulado «Gernsback Space Flyer».
Con estas referencias, Lucas también se sirvió del cine clásico de capa y espada, el western y el cine de samuráis que tanto le apasionan para elaborar su propuesta. De esta fusión ingeniosa surgió una obra encaminada al público infantil que cautivaba por su ingenuo planteamiento original y una puesta en escena apabullante y llena de grandes hallazgos visuales.
«La guerra de George»
Las palabras del actor Mark Hamill pueden darnos una idea aproximada de la mentalidad de un cineasta que supo captar a la perfección las inquietudes de los espectadores más jóvenes y, por extensión, de quienes todavía sueñan con lo que sintieron ante la pantalla: «Con el tiempo -dijo Hamill- me di cuenta que George era un actor frustrado que en realidad hubiese querido hacer mi papel de Luke Skywalker y que la película se podía haber llamado sencillamente `La guerra de George'. Para él la película era como un juguete grande del cual pudo disponer durante muchos años. Durante el rodaje en Gran Bretaña, Carrie Fisher se trajo una pistola de helio, una réplica de la película de Buck Rogers, y se la dejó a George. Le vimos desde entonces jugando con ella por los pasillos y nunca se separó de ella durante el rodaje».
Estreno en 1977
«La guerra de las galaxias» -cuyo título completo y original se recuperó luego:«Star Wars IV: Una nueva esperanza»- se estrenó en las salas estadounidenses el 25 de mayo de 1977 y la premier europea tuvo lugar en el Zinemaldia con la presencia de Carrie Fisher y Harrison Ford. Muy pocas veces un estreno había generado tanto interés, las colas de espectadores doblaban las esquinas, los cines la proyectaban en horario continuado e incluso en algunos no se interrumpía la proyección durante las veinticuatro horas.
Son muchas las personas que han declarado que su vida cambió tras visionar este filme y cineastas como James Cameron, Ridley Scott o Peter Jackson han declarado la gran influencia que ha ejercido en ellos esta obra.
Una de las principales curiosidades de este proyecto mastodóntico que cuenta con seis producciones -Lucas no proyecta realizar las tres últimas entregas que conformaban la saga original-, se centra en la iconográfica presencia de Lord Darth Vader, el villano de la función.
Su primera aparición en los pasillos de la nave rebelde todavía figura entre las escenas que más han impactado a los espectadores que primero fueron niños y su importancia dentro del engranaje de la trama le otorga un rol fundamental que hereda elementos de la tragedia griega clásica. Tal es su importancia que las tres precuelas o primeras películas de la saga -«La amenaza fantasma», «El ataque de los clones» y «La venganza de los Sith»- están dedicados al progresivo acercamiento del joven Jedi Annakin Skywalker, encarnado en su edad infantil por Jake Lloyd y en edad adulta por Hayden Christensen, al lado oscuro de la fuerza y su transformación en el temible Darth Vader.
Bajo la negra armadura de este personaje se encuentra el actor Dave Prowse quien recordó de esta manera su experiencia: «Me ofrecieron la posibilidad de elegir entre Chewbacca, el Wookiee que acompaña a Harrison Ford, o el villano Darth Vader. En ninguno de los dos papeles tendría la posibilidad de que se viera mi rostro, así que elegí el de villano, puesto que mi experiencia anterior en el cine era ya en esa línea».
A pesar de lo ingrato que podía resultar este personaje -nunca se le ve el rostro y su voz metálica pertenece al actor James Earl Jones-, su poderosa presencia acapara por completo todas las escenas en las que hace acto de presencia. Gracias a las nuevas técnicas visuales, un cineasta que fue llamado visionario y que ha «sacrificado» su carrera en beneficio de perpetuar y exprimir al máximo las posibilidades de su proyecto, la saga «Star Wars» seguirá perpetuando su existencia entre una legión de seguidores fieles y siempre expectantes ante todo lo que acontece alrededor de este fenómeno que subvierte el término tiempo.
George Lucas completa con Steven Spielberg y Francis Ford Coppola el trío de enfants terribles que convulsionó el modelo cinematográfico de los años 70. Pero, al contrario que sus amigos, Lucas ha sacrificado su valía como cineasta en beneficio de la explotación comercial de «La guerra de las galaxias» y experimentar dentro de los avances técnicos con su empresa de efectos especiales y digitales ILM (Industrial Light and Magic).
Su primera puesta de largo fue un filme de ciencia ficción inspirado en un cortometraje que él mismo dirigió y que llevaba por título «THX 1138» (1971), su siguiente proyecto -la sobresaliente «American Graffiti» (1973)- parecía augurar un futuro diametralmente opuesto al que ha llevado en la actualidad y que se ha limitado a ejercer labores de producción en la saga «Indiana Jones» filmada por su amigo Spielberg y, sobre todo, en mimar al máximo y exprimir su particular gallina de los huevos de oro, «La guerra de las galaxias».
Desmentido el rumor que anunciaba dos nuevas entregas que se desarrollarían con posterioridad a «El retorno del Jedi», Lucas se ha decantado por el medio televisivo para rodar dos nuevas propuestas de su franquicia millonaria. K. L.