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La crisis de la deuda aleja a EE UU y Europa en la Cumbre del G-7

El alejamiento entre Estados Unidos y Europa para fijar las líneas de salida de la crisis se constató en el encuentro del G-7 en Marsella, mientras se mantienen las dudas sobre Grecia. El primer ministro Yorgos Papandréu, afirmó en Salónica que llegará «hasta el final» para cumplir con los ajustes y reformas, mientras que en la calle las protestas aumentaron en contra los fuertes recortes y Alemania se sobrepuso de la crisis del BCE tras la dimisión de Jürgen Stark.
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Europa y Estados Unidos remarcaron sus diferencias en la cumbre del G-7 en Marsella, donde se produjeron protestas de diferentes organizaciones «como símbolo de rechazo a la política económica neoliberal que se basa sólo en los recortes sociales».

Tras semanas de turbulencias en los mercados, la dimisión del economista jefe del Banco Central Europeo y los conflictos que rebrotan en Grecia e Italia por los ajustes, marcaron el eje de la la cumbre de los ministros de Finanzas y los banqueros centrales del G-7 en Marsella. Pero, aquello que prometieron el viernes de dar una respuesta coordinada a la desaceleración mundial, tampoco se acordó. No fueron capaces de ofrecer medidas específicas y discreparon en su actitud sobre la crisis de deuda europea, porque Alemania volvió a marcar diferencias.

En Grecia, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, afirmó en Salónica que llegará «hasta el final» para cumplir con los ajustes y reformas a los que se ha comprometido y poder así recibir un segundo paquete de rescate que permita al país sortear la bancarrota. «Grecia cumplirá con su palabra y estamos decididos a aplicar las decisiones del 21 de julio. Y llegaremos hasta el final», dijo Papandréu en la inauguración de un encuentro empresarial en esa ciudad del norte de Grecia. «Avanzaremos hacia los grandes cambios y asumiremos todas las decisiones necesarias», aseguró en referencia a las reformas estructurales y privatizaciones por valor de 78.000 millones hasta 2015 que aprobó el Parlamento en junio. A cambio, la eurozona decidió ofrecer a Grecia un nuevo rescate de 160.000 millones de euros, tras los 110.000 millones del primer paquete de mayo de 2010.

Sin embargo, unas 20.000 personas protestaron en Salónica contra los recortes aplicados por el Gobierno socialista y se produjeron fuertes enfrentamientos con la policía, debido a que la población rechaza los recortes que está aplicando el Gobierno griego.

En este sentido, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, encargó a los especialistas de su Ministerio que estudien las diversas situaciones que pueden derivarse de una quiebra griega, según informaciones que publicará la revista «Der Spiegel» en su próxima edición esta próxima semana.

Por otro lado, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, afirmó que el plan de ajuste por valor de 54.265 millones de euros aprobado por el Senado, con el que se pretende sanear las cuentas públicas del país y alcanzar el equilibrio presupuestario en 2013, «no debe ser ampliado en sus cifras», mientras que en las calles italianas se produjeron manifestaciones en contra de esa política. El viceministro alemán de Finanzas, Jörg Asmussen, será propuesto por su Gobierno para suceder a Jürgen Stark como economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), según se anunció ayer, tras conocerse la dimisión un día antes de Stark, lo que añadió incertidumbre a la UE.

Lagarde matiza la necesidad de 200.000 millones de la banca

La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, desmintió ayer en Marsella que la cifra de 200.000 millones de euros que se filtró desde esa institución no son su estimación de las necesidades en capital de la banca europea, sino que se trataba de «una cifra provisional».

Según dijo, «ha habido un malentendido sobre los 200.000 millones de euros», tras la que no admitió preguntas al término de la reunión de los ministros de Finanzas del G7 en Marsella. Los titulares de Finanzas del G7 iniciaron el viernes una reunión, a la que se sumó un representante de Rusia. «El FMI no ha hecho un test de estrés» de las entidades financieras, sino que se está discutiendo sobre «metodología», y las filtraciones que hubo correspondían a «un informe provisional que todavía se está discutiendo» y debería publicarse este mes, explicó.

Añadió que, cuando se presente ese estudio, se precisará la metodología y lo que se está analizando «exactamente».

Jean Claude Trichet, presidente del BCE, recordó en ese encuentro que los bancos europeos acumulan unos 5 billones de dólares en garantías requeridas para acceder a fondos del banco central.

Pero también circuló el rumor que los banqueros centrales del G7 habrían estudiado la posibilidad de crear un estímulo monetario coordinado que implicase facilidades cuantitativas, pero fue desmentido en el trascurso del encuentro. «No es realista que el mercado espera que pongamos miles de millones sobre la mesa cada vez que nos reunimos». Lo que quedó claro es que las diferencias son grandes. GARA

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