Gloria LATASA | gloriameteo@hotmail.com
A gusto con el Otoņo
Llegó la hora de los arándanos y las setas, de la siembra y la vendimia, de alegría para los amantes de los colores espectaculares y de tristeza para los que no soportan el otoño. Con el equinoccio debemos prepararnos para la paulatina bajada de las temperaturas, para el descenso de horas de sol y para que el paisaje cambie de rostro. Un tiempo que puede llegar con más o menos retraso. Antiguamente, en los caseríos, cuando se adelantaba y se hacía sentir desde mediados de septiembre, llamaban urria a este período otoñal adelantado.
Ha llegado también el momento en el que nos cuentan lo que pasará con el tiempo en los próximos meses. Son las previsiones estacionales, las que nos muestran el escenario más probable que nos vamos a poder encontrar en cuanto a temperaturas y precipitaciones. Para ello se tienen en cuenta los valores medios habituales y se nos dice si en los meses siguientes se espera que sean similares o que estén por encima o por debajo de lo que se considera «normal».
Algo aparentemente tan sencillo requiere reunir datos tan complejos como la evolución de la temperatura del mar en el Pacífico, la relación entre la presión del anticiclón de las Azores y la borrasca de Islandia, la circulación atmosférica dominante o las anomalías térmicas en el agua del Atlántico. Lo que este año está siendo particularmente complicado y está dando lugar a muchas contradicciones en opinión de algún experto.
Uno de los valores a tener en cuenta, el estado del Pacífico, muestra unas condiciones neutras o un episodio débil de La Niña para el resto del 2011, según indica la Organización Meteorológica Mundial en su reciente boletín. Un boletín que, a pesar de haber sido elaborado por distintos centros de predicción climática y expertos de todo el mundo, presenta, al parecer, un cierto grado de incertidumbre.
En cualquier caso, nos están diciendo que las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico tropical son inusualmente frías. Lo que podría significar cambios en las características climáticas de las próximas estaciones en diferentes partes del planeta. Uno de los muchos factores que pueden influir en que aquí, a miles de kilómetros de distancia, nos podamos sentir más a menos a gusto con el otoño.