Los datos de los medidores de audiencia no son infalibles, ni siquiera puede asegurarse que sean, al menos en sus cantidades, muy certeros, pero se acercan a las tendencias, y es el elemento aceptado por todas las partes que concurren en el negocio televisivo para entablar sus análisis y decisiones. En todas las cadenas tienen personal especializado en interpretar los datos generales, en saber destripar de manera forense los datos aportados y por tanto, tienen información suficiente que sirve a sus superiores para tomar decisiones programáticas.

El pasado domingo los datos sacados en bruto indicaban que «Cheers» ha ido perdiendo audiencia de una manera muy significativa y que cada capítulo que emite logra los mínimos. Si empezó en su primera noche de emisión con un dieciséis por ciento, el segundo capítulo de este domingo, apenas pasó una décima del diez. Esto, con todos los matices que se quieran emplear, se trata de una caída libre. De un fracaso inesperado porque Antonio Resines, viejo cautivador de audiencias, se había apostado con Paolo Vasile una cena a que arrancarían con un veinte. Es decir, actualmente están a la mitad de sus previsiones. ¿Es grave? Parece un aviso de ruina.

Todos los datos de audiencia se comparan con lo ofrecido por la competencia, con otros productos de la cadena, y aquí tenemos una clara declaración de intereses de la audiencia de Tele 5, lo que siguió a continuación era una repetición de un capítulo de «La que se avecina», y subió de audiencia más de dos puntos. Esto sí que es un síntoma claro que debe interpretarse de muchas maneras, no solamente en relación a «Cheers», sino a los fieles de Tele 5. Quizás no cuadre en los gustos de sus asiduos.

Estamos ante un más que probable desmontaje de una de las series más promocionadas. Si lo mueven de día será la primera señal de su finiquito inmediato. Atentos, porque la serie es tan plana y reiterativa que lleva todos los números para su adiós. Y existe algo muy evidente: todos los actores del reparto están bastante peor que en otros trabajos anteriores sin necesidad de compararse con el original. Y esto normalmente es culpa de los guiones y la dirección.