Evo Morales suspende la carretera y anuncia que investigará la represión
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha decidido suspender la construcción de la carretera que ha provocado el rechazo de comunidades amazónicas, tras la represión de la marcha hacia La Paz que llevaban a cabo varios cientos de personas. Morales, calificó de imperdonable la actuación policial del pasado domingo y anunció la apertura de una investigación «de alto nivel» sobre lo sucedido.
GARA | LA PAZ
Los indígenas bolivianos que rechazan la construcción de una carretera por un parque nacional quedaron insatisfechos con el anuncio del lunes del presidente Evo Morales, de que suspenderá temporalmente las obras, y varios cientos de ellos reanudaron ayer su marcha desde la Amazonía a La Paz.
En una breve alocución Morales indicó que «queda suspendido el proyecto de carretera en el Parque del Territorio Indígena Isiboro Sécure» (Tipnis) mientras los departamentos Cochabamba y Beni, por los que debía pasar la obra, decidan sobre su continuidad.
Estas comunidades amazónicas creen que, a pesar de la suspensión, el anuncio de Morales ratifica que el proyecto continuará, porque solo planteó paralizar la construcción mientras consulta a las regiones por donde pasará la vía, dijo a Efe el portavoz del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), Adolfo Moye.
«Las comunidades indígenas hemos dicho que esa carretera no debe pasar por el Tipnis. Entonces, ¿para qué hará la consulta? No creemos en esta propuesta del Gobierno», señaló.
Unos 1.500 indígenas que emprendieron la marcha el 15 de agosto hacia La Paz contra esa obra financiada por Brasil se reagruparon en San Borja y Rurrenabaque, pueblos del departamento de Beni (noreste), tras la represión policial que sufrieron el domingo.
Ese día, medio millar de agentes atacaron con gases y porras el campamento de los indígenas cerca del pueblo de Yucumo, amordazaron a dirigentes de las comunidades amazónicas y trasladaron por la fuerza a decenas de ellos a pueblos vecinos. La represión causó el lunes una oleada de protestas en todo el país y la renuncia de la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, quien alegó que había otras alternativas para resolver el conflicto «en el marco del diálogo, respeto a los derechos humanos, no violencia y defensa de la Madre Tierra». La Central Obrera Boliviana decretó un paro nacional para hoy en apoyo a los marchistas,
Morales: «Imperdonable»
Además de suspender la construcción de la carretera, Morales lamentó los excesos de la operación, que calificó de «imperdonable», y anunció que una comisión formada por organismos internacionales y el Defensor del Pueblo investigará con profundidad lo sucedido. «Lamentamos, repudiamos los excesos realizados ayer en la marcha. No comparto, no compartimos, una violencia, un exceso, un abuso hacia los hermanos indígenas que estaban en la marcha», dijo el mandatario.
Al tiempo, pidió ayuda para aclarar si durante la represión murieron un niño y dos ancianos, como denunciaron los indígenas, la Iglesia Católica y los medios, aunque señaló que los cuerpos no han aparecido. Morales explicó que la presencia en esa zona amazónica de los uniformados estaba dirigida a evitar nuevos enfrentamientos entre los marchistas y los colonos de Yucumo que sí quieren esa carretera. Aseguró que él, personalmente, nunca ordenó una intervención violenta como la producida, y que las autoridades encargadas del tema no han informado de víctimas, pero reconoció que «los hechos de ayer -por el domingo- dejan mucho que desear». El subcomandante de la Policía, general Oscar Muñoz, atribuyó la actuación de los agentes a que fueron amenazados por nativos armados con flechas, pero el Defensor del Pueblo, Rolando Villena, dijo que los policías actuaron cuando los indígenas estaban a punto de cenar.
La marcha contra la carretera se reanudó ayer y el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, dijo que, tras la suspensión del proyecto, «no hay ninguna circunstancia que justifique retomar la movilización». Sostiene que «quien lo haga será por decisión política».
El Gobierno boliviano ha denunciado que la oposición a la carretera es un pretexto tras el que se esconden intereses foráneos, y aseguró que prueba de ello son las llamadas telefónicas entre representantes de la embajada de Estados Unidos y líderes de la movilización.
El Gobierno boliviano culpó ayer al viceministro de Régimen Interior, Marcos Farfán y a los policías de la brutal represión de la marcha indígena contra la construcción de una carretera en un parque natural. Los ministros de la Presidencia, Carlos Romero, y de Gobierno, Sacha Llorenti, responsabilizaron de los hechos a Farfán, y anunciaron la renuncia de éste para «someterse a una investigación». «Ese operativo no contó con la instrucción del presidente ni tampoco con la orden del ministro de Gobierno», dijo Llorenti. Según el ministro, «fue una decisión que se tomó en ese lugar -en referencia a Farfán- a sugerencia de algunos mandos policiales», mientras que Romero dijo que el ahora ex viceministro «tendrá que asumir su responsabilidad». Llorenti afirmó, no obstante, que «ninguna instrucción puede justificar los abusos ni los atropellos» de la policía y que «ésas son responsabilidades de carácter individual». Prometió entregar una lista con los nombres de los agentes que actuaron violentamente. En la carta de renuncia de Farfán, difundida por radio Erbol, éste también critica la actuación de la Policía y añade que no respondió a una orden suya ni del Gobierno. GARA