Ahora que ha vuelto con el éxito esperado El tío de la vara de la mano de José Mota, deberíamos pedirle consejo para actuar consecuentemente ante la desfachatez, la falta de sensibilidad y la humillación general con la que las instituciones financieras y bancarias se rescatan entre ellas. Sea con este personaje de Mota, con la razón cartesiana, la indignación solidaria o el simple respeto a cada uno, a su historia, y a sus principios, hay que oponerse frontalmente a esta ceremonia de rescates de bancos, cajas de ahorros y demás emparejamientos de bucaneros financieros y políticos que están recibiendo cantidades desorbitadas de dineros públicos con el único objetivo de salvar sus sueldos disparatados, sus indemnizaciones fuera de toda norma, sin que se conozca que ninguno de estos supuestos malversadores de fondos tenga un mínimo roce con la justicia.

El lenguaje imperante en todas las comparecencias públicas de los que se consideran responsables desde el ámbito del regulador bancario, las instituciones económicas, los ministerios o los ámbitos gubernamentales de máximo nivel, está preñado de trampas, de confusión. Se da por supuesto que es más importante inyectar siete mil quinientos millones de euros a varias cajas de ahorros en peligro, que ayudar a los parados, o a las desahuciados, que no se rebaje la atención sanitaria y que la enseñanza mantenga sus niveles. El mensaje es muy claro: lo único importante y vertebral es el sistema bancario, que es el que soporta estructuralmente el sistema capitalista y se está a las órdenes del señor Mercado, que tiene unos criados, a los que les deja las migajas, llamados gobiernos.

Ha desaparecido la ciudadanía, somos únicamente consumidores, impositores, clientes, masa, grupo, números, estadística, robots votantes. Debemos rescatar el sentido democrático y la política de ideas, no de contables. La economía es una herramienta para las letras, no solamente para las cifras. Y existen muchos tipos y maneras de afrontar la economía, el imperante e impuesto es la negación de la humanidad. Es la dictadura del capital y los mercados. La libertad empieza por la emancipación de este sistema económico asfixiante.