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Munilla presenta un programa pastoral que obvia a los católicos guipuzcoanos

El obispo de Donostia dará inicio hoy en el Buen Pastor, con una eucaristía, al nuevo curso pastoral, en el que la mayor novedad es el programa para 2011-2015. De nuevo, José Ignacio Munilla ha impuesto sus criterios obviando las opiniones mayoritarias en la diócesis.

Agustín GOIKOETXEA |

El obispo ha impuesto sus criterios teológicos y sus métodos de consulta al establecer los objetivos generales para el quinquenio 2011-2016 y los medios para el curso pastoral 2011-2012, ya que después de reunirse en una primera convocatoria con los consejos Pastoral, Presbiteral y de Arciprestes antes del verano, recogió discrecionalmente algunas de las aportaciones, según fuentes diocesanas, y las ha plasmado en ese programa.

Tal enfado ha originado el proceder de José Ignacio Munilla, que en una mayoría de las parroquias guipuzcoanas no se entregará el citado documento, a pesar de que el Obispado anunciase ayer lo contrario. La mayoría crítica defiende que «los consejos no han dado por bueno nada del totum revolutum que se planteó en ellos». No hay que olvidar que fue entonces cuando el prelado también «consultó» a los presbíteros sobre su decisión, que ya era firme, de enviar a los seminaristas a Iruñea.

El programa pastoral viene acompañado de una carta del obispo a modo de prólogo en la que apuesta por «una comunión interna en la comunidad eclesial». Lo hace, confiesa, a partir de la respuesta que ha tenido en la Iglesia de Gipuzkoa su nombramiento y sus deciciones desde entonces, que considera que han sido «sobredimensionadas» por los medios de comunicación.

«La falta de comunión es un lastre, que podría condenar a la esterilidad muchos de nuestros esfuerzos pastorales», afirma Munilla, antes de añadir que cree «realmente que la verdadera unidad, la que nace del Espíritu Santo, no anula la diversidad y la riqueza de los carismas en el seno de la Iglesia, sino todo lo contrario».

Asimismo, niega que «la falta de unidad» sea «de tipo ideológico» y anima a sus críticos a la «conversión». El prelado, además de la «conversión personal» de quienes conforman la comunidad diocesana, se inclina por fomentar «los encuentros y el diálogo, como camino hacia la comunión».

Ataque a los medios

Es bien conocido que aunque José Ignacio Munilla es asiduo de medios ultraconservadores españoles, como Radio María, por poner un ejemplo, ha tratado de evitar que los problemas internos sean conocidos por la sociedad a la que dice servir. Así, califica de «alimento tóxico para la vida eclesial» a «determinadas páginas de Internet especializadas en información religiosa» y a otros medios escritos.

Después de ensalzar la comunión entre los integrantes de la Iglesia guipuzcoana, el obispo aclara que él es en última instancia el pastor y quien marca las directrices. «La fe católica no puede ni debe ser la resultante de un hipotético `común denominador» entre todas nuestras sensibilidades», manifiesta el prelado en su carta pastoral.

«alimento tóxico»

«En la Iglesia tenemos nuestros cauces de comunicación interna, a través de los cuales podemos y debemos expresarnos, sin prestarnos a que determinados medios de corte laicista e incluso anticlerical, nos utilicen para ofrecer una imagen morbosa y negativa de la vida eclesial», manifiesta José Ignacio Munilla.

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