DINAMO VOLGOGRAD 25

ITXAKO 27

Itxako superó con personalidad e inteligencia el primer compromiso europeo. En algunos períodos del partido, sobre todo en la segunda parte, el cansancio físico y mental que arrastraban las jugadoras de Itxako se hizo visible, sobre todo en varias pérdidas de posesión (seis en la primera parte, diez en la segunda), pero Ambros Martín exprimió sus recursos, las jugadoras dieron todo lo que tenían y, pese a lo ajustado del resultado final, Itxako siempre llevó el mando.

El Dinamo dio la sensación de disponer de plantilla, quizá no del todo bien administrada, al menos al ver a las jugadoras que fueron entrando en el partido.

Su estilo se centraba casi exclusivamente en el juego de primera línea y pivote, y durante el primer cuarto de hora, con Levina, Kochetova y Pidpalova, fue lento y previsible. Navarro se esmeraba en la portería, y una Barbosa omnipresente en ataque, tanto marcando -4 de sus 6 goles fueron en los primeros 15 minutos- como asistiendo a sus compañeras, permitieron a Itxako adquirir ventaja. Con el 4-7, el técnico ruso pidió tiempo.

A la vuelta el escenario cambió. La central ucraniana Borshchenko aportó mucho más dinamismo a su juego ofensivo (además se mostró infalible desde los siete metros), y los dos penaltis que paraba Sedoykina a Carmen Martín y Zebic contribuyeron a remontar desde el 5-9 hasta el empate a 10. Ambros paró el partido y aclaró las ideas de su equipo, como mostró a la vuelta el parcial de 1-4 con goles de cuatro jugadoras diferentes.

Tras el descanso el Dinamo cambió su defensa 6:0 alternando un 5:1 con una mixta sobre Barbosa. La medida obligaba a Itxako a cuidar mejor el balón, a buscar variantes ofensivas para contrarrestar la presión sobre su goleadora, y además Sedoykina empezaba parando, complicando aún más el panorama.

La mejor alternativa era explotar el poder de penetración de Aguilar y Pinedo -que forzaron siete penaltis entre las dos-, con Carmen Martín mostrando su casta al volver a lanzarlos tras el error de la primera parte.

Ella marcó seis de los siete primeros goles navarros en la segunda parte, mientras Makeeva y Khmyrova lideraban el ataque ruso. El cansancio se dejaba notar, ambos equipos perdían muchos balones, pero Itxako aguantó todas las embestidas y se aseguró un final controlado.