Estados Unidos prepara una amnistía fiscal para las multinacionales
El Congreso de Estados Unidos está a punto de aprobar unas nuevas vacaciones fiscales, pese al rechazo de organismos como el Instituto para el Estudio de Políticas (IPS). En 2004 ya se tomó una medida similar que permitió que ciertas empresas pagaran sólo un 5,25% de su deuda impositiva, lo que benefició a esas multinacionales pero destruyó casi 600.000 puestos de empleo.
Juanjo BASTERRA
«America Loses», lo que traducido del inglés quiere decir «América pierde», es el título de uno de los últimos trabajos del Instituto para el Estudio de Políticas (IPS) de Estados Unidos, informe que rechaza las medidas que el Congreso estadounidense estudia para conceder una «amnistía fiscal» a un grupo de multinacionales. El objetivo es que esas empresas repatríen enormes fondos económicos que, a través de filiales o paraísos fiscales, tienen desviados a otros puntos del planeta. A cambio aportarían a las arcas públicas «una cantidad ridícula sobre la que tendrían que haber pagado», según denuncia el IPS.
Mientras el presidente estadounidense, Barack Obama, trata de recomponer su imagen poniéndose en la piel de los indignados que estos días protestan ante el mayor símbolo del capitalismo, como es Wall Street, en el Congreso estadounidense estudian la aprobación de una moratoria fiscal sobre los enormes beneficios de algunas grandes multinacionales. Los autores del mencionado informe, Scott Klinger, Sarah Anderson, Chuck Collins, John Cavanagh y Sam Pizzigati rechazan esta medida no sólo porque consideran que tendrá consecuencias negativas para las debilitadas arcas de la Administración Obama, sino porque creen que además destruirá empleo, como ya ocurrió con una medida similar en 2004. Por ello el estudio, realizado por expertos ligados a los movimientos sociales estadounidenses, recuerda que «llueve sobre mojado».
La medida afectaría a un grupo de empresas que habría logrado un billón de dólares en beneficios y que «los han escondido en sus filiales por el mundo o en países refugio (paraísos fiscales) como Luxemburgo, Irlanda y las Islas Caimán». Para conseguir el apoyo legislativo un grupo de esas empresas ha anunciado que invertirán 50.000 millones, pero los cálculos que maneja el IPS señalan que, como mínimo, se les perdonarían otros 78.000 millones en impuestos.
Mientras el lobby empresarial promete que la «repatriación» de esos beneficios «generará un aumento de la inversión y del empleo», el Instituto para el Estudio de Políticas descarta que eso vaya a ocurrir. Para sostener esta afirmación recuerdan que en 2004 unas «vacaciones» similares «permitieron a 843 empresas reducir la tasa del impuesto del 35% al 5,5%». Estas empresas, precisa el estudio, repatriaron 312.000 millones en ganancias, pero evitaron así pagar 92.000 millones de dólares.
En ese sentido, los autores subrayan que hace ahora siete años las empresas beneficiadas por aquella amnistía fiscal hicieron la misma clase de promesas que se escuchan ahora para defender esta medida. Dijeron que las vacaciones fiscales les darían opción de generar empleo e inversión, pero nada de eso ocurrió. Muy al contrario, los autores destacan que 58 de aquellas empresas destruyeron casi 600.000 puestos de trabajo y tuvieron un beneficio fiscal de unos 64.000 millones de dólares que, «en caso contrario, hubieran supuesto deuda tributaria con Estados Unidos».
El estudio señala que ese mismo grupo de empresas dispone actualmente de 450.000 millones de dólares en efectivo, «dinero que podrían invertir en creación de empleo mañana mismo, si esas corporaciones tuviesen una voluntad real de hacerlo».
En el grupo de las diez principales beneficiadas se encuentran las multinacionales Citigroup, Hewlett-Packard, Bank of America, Pfizer, Merck, Verizon, Ford, Caterpillar, Dow Chemical y DuPont. Estas corporaciones repatriaron 99.170 millones de dólares, aunque se considera que tenían casi 200.000 millones en el exterior, dinero del que no daban cuenta a la Hacienda de Estados Unidos. De ese modo obtuvieron esas ventajas fiscales, pero sólo entre estas diez empresas han destruido 447.296 de esos cerca de 600.000 puestos de trabajo, desde 2004 hasta ahora. «Un año después de las vacaciones fiscales, que destruyeron esa cantidad de empleo, esas empresas lograron unas ganancias en el exterior de 229.000 millones y en 2010 se elevó a 696.000 millones, un incremento del 204% respecto a cinco años antes».
En consecuencia, el informe «América pierde» concluye que no se debería otorgar una amnistía fiscal a empresas que han eliminado esa cantidad de puestos de trabajo y que, en su conjunto, se han ahorrado más de 200.000 millones de dólares en impuestos.
El informe completo en inglés se puede encontrar en la página web del instituto: www.ips-dc.org.