TRAS EL COMPROMISO DE ETA CON LA COMISIÓN de verificación
Los cinco verificadores, líderes en los conflictos claves de estas décadas
Los Balcanes, Palestina, Sri Lanka, Cachemira, Sudáfrica y, cómo no, Irlanda son algunos de los conflictos en que han sido protagonistas los cinco miembros de la Comisión Internacional de Verificación con la que se ha comprometido ETA. Se trata en todos los casos de contenciosos eminentemente políticos, como el vasco, que han acarreado muchos más muertos, en algunos casos centenares de miles. Un bagaje enorme para facilitar la solución en Euskal Herria.
Ramón SOLA | DONOSTIA
La Comisión Internacional de Verificación presentada en Bilbo hace casi dos semanas, con la que ETA se ha comprometido a colaborar, constituye sin duda el grupo de expertos más completo y cualificado que jamás se haya implicado en el conflicto vasco. El silencio con el que Madrid ha acogido la aparición en escena de Chris Maccabe, Ray Kendall, Ronnie Kasrils, Ram Manikkalingam y Satish Nambiar es significativo. No son unos desconocidos ni unos cualesquiera, por lo que esta vez no existe la mínima opción de descalificar su perfil. En consecuencia, por ahora se ha optado más bien por ocultarlo.
De hecho, aproximadamente la mitad de los grandes conflictos violentos producidos en el planeta desde la II Guerra Mundial hasta estos inicios del siglo XXI han contado con la participación de alguno de los cinco, que en casos como los de Nambiar o Kasrils se ha producido primero en los campos de batalla y luego en las mesas de negociaciones.
Estos cinco expertos aterrizan en Euskal Herria con conocimiento directo y en primera persona de los procesos de Irlanda y Sudáfrica, los más cercanos, pero también de otros como Cachemira, Bangladesh, Sri Lanka, Palestina, Bosnia y Croacia, acontecidos desde los años 60 hasta hoy mismo. Si se hace un listado de los principales conflictos violentos durante estas últimas décadas, sólo les son ajenos los que se suceden en el Cáucaso, los africanos (Darfur, Ruanda...) o el del Tíbet.
Entre todos ellos hay un hilo conductor que conecta también con el de Euskal Herria, el último conflicto violento latente en Europa: se trata de contenciosos políticos, y habitualmente territoriales, que han generado un alto número de víctimas mortales durante décadas. Conflictos, en todo caso, con bastante mayor virulencia que éste. La guerra indo-paquistaní en la que Nambiar fue mando militar en 1971 se cobró al menos 300.000 vidas. Se calcula que las de la antigua Yugoslavia provocaron entre 130.000 y 200.000 fallecidos a principios de los 90. En Irlanda se habla de más de 3.500 muertos sólo desde 1961, la mitad de ellos civiles.
¿Quiénes son y qué han hecho los cinco componentes de esta Comisión Internacional de Verificación destinada a jugar un papel esencial hacia un futuro diferente para Euskal Herria, y que por ahora ya han obtenido luz verde por parte de ETA? Aquí van algunas referencias sobre sus acciones y sus opiniones:
RONNIE KASRILS Guerrillero, Ministro luego y Activista después
Es difícil encontrar un sitio en el planeta que no haya sido pisado por la decidida bota de Ronnie Kasrils, pero lógicamente el conflicto que mejor conoce es el de su país, Sudáfrica, en el que fue protagonista de primera línea durante cuatro décadas ininterrumpidas a la sombra de Nelson Mandela.
Junto a éste, Kasrils fue uno de los miembros fundadores de Umkhonto we Sizwe (La Lanza de la Nación), la organización armada creada para hacer frente al apartheid a principios de los años 60. En 1964 se le sitúa en campos de entrenamiento de Odessa (Rusia) y en 1965 fue enviado a Londres para trabajar en la propaganda. De la lucha armada pasó a la lucha política, en un proceso acompasado a las nuevas perspectivas que se abrirían en los años 80. Fue miembro de la Ejecutiva del Congreso Nacional Africano (ANC) desde 1987 a 2002, además de miembro del Comité Central del Partido Comunista sudafricano entre 1986 y 2007. En este periodo vivió en carne propia la llamada «masacre de Bisho»: 28 personas, casi todas niños, fallecieron en 1992 tiroteados durante una marcha de ANC en la que Kasrils iba en cabeza.
Ya tras el fin de la persecución racial, pasó a tareas de gobierno: fue ministro de los Servicios de Inteligencia entre 2004 y 2008, un cargo que obviamente aporta conocimientos de primera mano para la labor que realizará en Euskal Herria.
En los últimos años, Kasrils se ha distinguido como defensor de causas como la saharaui y, sobre todo, la palestina. Un ensayo en dos partes publicado en 2006-2007 y titulado ``David y Goliath, quién es quién en Oriente Medio'' originó una gran polémica y acusaciones de antisemitismo, de las que se ha hecho eco estos días cierta prensa española. Curiosamente, Ronnie Kasrils es descendiente de judíos, además de blanco.
El currículum militar del hindú Satish Nambiar abarca décadas y continentes. Participó en las guerras con Pakistán de 1965 -en torno al territorio en disputa de Cachemira- y de 1971 -que acabó con la independencia de Bangladesh, antes Pakistán Oriental, y en la que se calcula que participaron casi 800.000 soldados-. Años después, en 1991, reaparecía en el mismo frente, pero en labores diplomáticas, gestando acuerdos para garantizar la paz entre ambas potencias nucleares.
Su nombre saltaría a la primera plana europea al ser nombrado jefe de las llamadas fuerzas de paz de la ONU en los Balcanes (Unprofor), cargo que desempeñó durante doce meses, quizás los más sangrientos, entre 1992 y 1993. A la guerra ya iniciada en Croacia se le sumó la de Bosnia. La Unprofor tenía como misiones la ayuda humanitaria y la protección a refugiados civiles, en circunstancias muy hostiles, con ataques también a sus observadores y asaltos como el que mató al parlamentario bosnio Hakija Turajlic cuando salía escoltado por los «cascos azules» hacia el aeropuerto en enero de 1993.
En los últimos años Nambiar ha participado en tareas de asesoramiento en procesos de paz como el abierto en Sri Lanka en 2002-2003. También ofrece conferencias y cursos sobre «operaciones de paz», «seguridad nacional» y relaciones internacionales en general.
Su perfil es más técnico y teórico (pertenece al centro Henri Dunant de Ginebra y dirige el DAG de Amsterdam), pero también pasó a la práctica en el proceso de paz de Sri Lanka, ya que fue asesor principal del entonces presidente Kumaratuga, que lo reclutó como conocido activista por la igualdad política y económica. Aquel intento derivó en un alto el fuego entre el gobierno cingalés y los Tigres tamiles, la guerrilla surgida en 1976 y que estaba en guerra desde 1984, con atentados como el que provocó 200 muertos con un camión bomba en Colombo en 1996 o el que acabó con la vida del ex primer ministro indio Rajiv Gandhi en 1991.
Las conversaciones consiguientes avanzaban, pero el cambio de presidente en Sri Lanka acabó con la tarea de Manikkalingam. El resto es sabido: la receta militar provocó una masacre contra la resistencia tamil en 2010, pero se augura que el conflicto rebrotará.
Maccabe aporta su experiencia directa en el mismo centro de las negociaciones de Stormont, y el Gobierno español difícilmente podrá cuestionar su figura ya que era parte del equipo de Londres. Perteneció a la Oficina del Norte de Irlanda (NIO) del Gobierno británico desde 1971, es decir, entró justo en las vísperas de la fase más violenta del conflicto. Ya en los 90, trabajó codo con codo con figuras como Mo Mowlan, que rompería moldes con iniciativas como las visitas a presos del IRA en las cárceles para tratar de engrasar el proceso. Luego llegaron el alto el fuego, el Acuerdo de Viernes Santo... Tras ello, Maccabe fue director del servicio de prisiones en el norte de Irlanda entre 1988 y 1992, además de jefe de la NIO entre 2000 y 2008.
Después de retirarse, ha asesorado en conflictos tan dispares como Sri Lanka, Kosovo, Irak y Tanzania.
Otro verificador que no debiera ser nada sospechoso para el Gobierno español. Nada menos que tres mandatos encadenó Ray Kendall al frente de Interpol (1985-2001), la organización internacional policial que reúne a 188 países, entre ellos el Estado español. Kendall tiene buenos contactos también en el francés; su oficina tenía sede en Lyon.
Su implicación en Euskal Herria no es nueva. En una sesión organizada por Friendship en Bruselas en 2008, Kendall lanzó ya un discurso crítico con recetas de Madrid como la dispersión: «Todos los organismos, todos los informes, están de acuerdo contra eso, pero España lo ha ignorado, y no lo entiendo. Hay actitudes antiguas, franquistas, en algunos jueces». Luego se sumó al Grupo Internacional de Contacto y ahora a esta Comisión de Verificación.
