Hay bandas que tienen muy claro a dónde quieren ir y por qué camino. Marea es una de ellas. No tiene pelos en la lengua para definirse musicalmente, haciendo del rock&roll su bandera. Es más: les gusta la etiqueta y la defienden a muerte. Kutxi Romero, a la voz; Kolibrí Díaz y César Ramallo, a las guitarras; Eduardo Beaumont Piñas, al bajo; y Alén Ayerdi, a la batería, forman Marea desde 1997 y con la misma formación llegan al sexto trabajo de estudio: «En mi hambre mando yo». Grabado en los meses de junio y julio de 2011 en los Estudios Sonido R-5 de Orikain (Nafarroa) por Kolibrí Díaz y Jaime Sanz, el disco se mezcla en Vancouver (Canadá) con Mike Fraser a los mandos y se masteriza en Portland (Estados Unidos) por Adam Ayan, técnicos de gran prestigio que han trabajado con bandas de nivel como AC/DC, Metallica o Aerosmith.

Kutxi Romero y Alén Ayerdi respondieron a GARA en la gira promocional de su sexto disco, en Bilbo.

Se han hecho de rogar...

Kutxi: Han sido diez años de una gran actividad de Marea. Cinco discos de estudio, DVD en directo, disco de rarezas, conciertos... En 2009, terminó la última gira y hemos dejado que el rock&roll toque nuestra puerta otra vez. No han sido cuatro años de parón, porque en este tiempo hemos estado en el local de ensayo y en otros proyectos musicales. Esto no es un trabajo que llegas al curro y te pones a trabajar; hemos tenido que esperar a que lleguen las ganas de hacer otro disco y crear canciones para hacer un trabajo de calidad. Estar de gira continuamente sería muy fácil, pero tenemos respeto por nosotros mismos y, sobre todo, por nuestro público.

¿Cómo ha sido la labor de creación de los diez temas que componen el disco? ¿Se han descartado canciones o son las diez que han trabajado en el local de ensayo?

Alén: En el mismo local de ensayo se les pasa el filtro. En todo este tiempo ha habido bocetos y trozos de canciones, pero no han salido del local. En ese sentido, si vemos que un tema no funciona en el local de ensayo, no dejamos que salga de ahí. Trabajamos diez temas y grabamos diez temas.

Sorprende leer declaraciones de Kutxi refiriéndose al disco como «el mejor disco de rock & roll de los últimos 200 años»...

Kutxi: ¡201 años ya! Cada día que pasa es más tiempo, pues no ha salido ningún disco que supere el nuestro. Estamos en una época en la que ya no se hace rock&roll; de hecho, hoy en día es un anacronismo hacerlo. Los rockeros quieren ser poperos. Los poperos, rockeros... Todo es incoloro, insípido. Al final todo se convierte en genérico, en marca blanca. Hacer un disco con marca propia es un milagro: está el rock&roll cosechero, el rock&roll crianza, el rock&roll reserva... y nosotros somos rock&roll de gran reserva; con los años, vamos a mejor.

En una época donde ningún grupo quiere etiquetas, van y lo dicen alto y claro: rock&roll.

Kutxi: A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Lo que no se nombra, no existe, y nosotros hacemos rock&roll. ¿Qué más te puedo decir que no lo diga el disco? Es lo que es y así lo llamamos.

En el nuevo disco se nota un gran paso en cuanto a sonido y producción. ¿Han investigado con amplificadores y diferentes instrumentos?

Alén: Como banda, estábamos en un nivel donde ya dominábamos el tema de hacer canciones y arreglos. Teníamos claro lo que había que hacer para sonar, pero nos faltaba un último paso: saber para qué sirve cada cosa y sacarle el máximo partido a cada instrumento. En este trabajo, cada canción tiene su propio sonido y eso enriquece el disco. Hemos utilizado diferentes amplis e instrumentos para grabar: guitarras, bajos, diferentes sets de batería... El disco no cansa porque hay diferentes matices en cada tema.

Ahí es donde entran las mezclas y la masterización. Nada más y nada menos que con Mike Fraser (AC/DC, Metallica, Aerosmith...).

Alén: Sí, así es. De todas formas, las canciones están trabajadas desde el local de ensayo, y es ahí donde Kolibrí ejerce de director musical. En Marea se trabaja desde el primer riff de guitarra, y eso ayuda mucho al resultado final. La grabación del disco está hecha aquí, en los estudios Sonido R5 de Orikain. De ahí a salido la materia prima. Mike Fraser le ha dado el punto de cocción que necesitaban las canciones para que sonaran cañón. Ha entendido muy bien lo que es Marea y ha hecho un buen trabajo.

Kutxi: Yo creo que si las canciones molan es muy difícil que la producción se las cargue. Pero una canción de mierda, por muy bien que la produzcas, seguirá siendo una canción de mierda. Las canciones están por encima de todo: de las producciones, de los arreglos... Una canción buena, aunque esté hecha de dos acordes mal tocados, es una canción buena.

Mike Fraser ha trabajado con bandas muy importantes dentro del rock, pero las referencias de Marea están mucho más cerca de casa: Barricada, Leño...

Kutxi: A nivel musical está claro que sí: Los Suaves, Barricada, Leño, Rosendo... Esas son las bandas que hemos mamado y con las que hemos crecido.

De la misma manera que esas bandas les han influido a vosotros, ¿influye Marea a las nuevas bandas emergentes?

Alén: Sin duda, sí. Sobre todo en la forma de escribir y cantar de Kutxi. Ves bandas con una clara influencia de Marea y eso te enorgullece y te hace pensar que estás haciendo algo bien. Luego cada banda tiene que encontrar su camino, como nosotros encontramos el nuestro.

¿Como llevan el tema de la promoción y firma de discos?

Kutxi: Bueno, lo hacemos cada cuatro años y no nos podemos quejar. Hay gente que sube al andamio todos los días, y eso sí que es duro. Las firmas de discos son un contacto directo con tu peña y conoces la gente a la que le mola tu banda. De la misma manera, la peña te conoce a ti y ve que eres un tío normal. ¡Ven que no eres dios! Ven que eres un tío normal, que hueles mal y que eres un poco tonto... y se les cae un mito al suelo. Cuanto antes se enteren, ¡mejor!

En los primeros años de Marea se pateaban todos los gaztetxes y bares... Hoy en día se les ve más en grandes recintos y polideportivos. ¿Se suda lo mismo en el escenario?

Kutxi: No, de ninguna manera. La banda ha crecido mucho y la demanda te limita los espacios. Los primeros años marcan y nosotros hemos pateado mucho. Tengo recuerdos imborrables de conciertos en gaztetxes de hace diez años y no me acuerdo del polideportivo en el que toqué hace poco; me acuerdo de las fiestas de Arrasate, del gaztetxe de Gasteiz, del Kafe Antzokia de Bilbo... Esos bolos se guardan a fuego. Es verdad que cuanto se generaliza todo (escenarios, pabellones...) se pierde un poco la magia. Por otro lado, es muy agradecido actuar delante de miles de personas.