Bélgica despeja la vía para la formación del Gobierno tras casi 500 días de bloqueo
Los ocho partidos valones y flamencos que participaban en las conversaciones para salir de la crisis política en la que el Estado belga se encuentra desde las elecciones de junio de 2010, en las que no toma parte la formación independentista flamenca N-VA, la más votada, llegaron en la madrugada de ayer a un acuerdo sobre la reforma del Estado que facilitará la formación del nuevo Gobierno. La cuestión, ahora, es quiénes participarán en ese Ejecutivo.
GARA |
Bélgica sigue avanzando hacia una salida de la crisis política que ha batido todos los récordes de duración y ha amenazado con dividir el territorio tras el acuerdo alcanzado en la madrugada de ayer por las ocho formaciones políticas flamencas y valonas que participan en las negociaciones y que supone una reforma del Estado que otorgará más autonomía a las regiones flamenca y valona.
El acuerdo fue cerrado con el consenso de conservadores, socialdemócratas, liberales y verdes de las dos comunidades, pero deja fuera a los independen- tistas de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA), que fue la fuerza política más votada en las elecciones de junio de 2010 pero no ha participado en las conversaciones.
Los jefes negociadores de los partidos francófonos, Charles Michel, Laurette Onkelinx, Joëlle Milquet y Jean-Michel Javaux, celebraron el acuerdo al considerar que se trata de «la mayor reforma de Estado en la Historia de Bélgica» desde la Segunda Guerra Mundial.
El pacto cierra el capítulo de la transferencia de competencias del Estado federal a las regiones, uno de los principales escollos en las negociaciones que, de ahora en adelante, se centrarán en la formación del Gobierno y en el paquete socioeconómico y presupuestario.
Aunque no se ha dado a conocer el contenido del acuerdo, los tres flecos de la reforma institucional que seguían abiertos fueron resueltos en la madrugada de ayer, empezando por el modo en que se celebrarán las elecciones federales, que a partir de 2012 se celebrarán cada cinco años en lugar de cada cuatro para hacerlas coincidir con las regionales y las europeas.
Además, se acordó que los asuntos de seguridad civil y los servicios de bomberos seguirán siendo competencia federal, así como la mayor parte de las disposiciones reguladas en el código de circulación, salvo las limitaciones de velocidad, las multas y otras señalizaciones en las carreteras regionales.
El optimismo llegó a la escena política belga a mediados de setiembre cuando los ocho partidos inmersos en las negociaciones superaron uno de los principales escollos: La división del distrito electoral y judicial de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), el único del país donde no regía la estricta separación entre ambas comunidades. Este asunto enfrentaba a flamencos y valores desde hacía décadas. A partir de que se haga efectivo el acuerdo, sólo seis de sus 35 municipios podrán seguir utilizando el francés en sus relaciones con la Administración y la Justicia y votar por listas electorales en la bilingüe Bruselas.
Algunos francófonos tacharon de «traición» el acuerdo sobre BHV, mientras que Bart de Weber, líder del N-VA, declaró entonces que si los francófonos de ese distrito flamenco puede ser juzgados en francés, «¿por qué no poner jueces turcos en Gante y marroquíes en Amberes?»
Desde entonces se fueron dando pequeños avances, pero faltaba por resolver la ley de financiación de las regiones y la transferencia de más competencias del Estado federal a las autonomías regionales, los dos asuntos zanjados ayer y cuya resolución parece que ha sido impulsada por la situación que atraviesa en banco Dexia.
Dudosa autonomía fiscal
Financiadas hasta ahora por el Estado federal, de ahora en adelante Flandes y Valonia recaudarán una parte del impuesto sobre la renta. Sin embargo, fuentes del N-VA niegan que el acuerdo supona una verdadera autonomía fiscal, ya que Bruselas y Valonia ciendos de millones de euros del Estado.
El líder de los socialdemócratas valones, Elio di Rupo, que ha liderado las negociaciones por encargo del rey Alberto II de Bélgica, presentará el martes los detalles del acuerdo ante el Parlamento y entonces iniciará contactos bilaterales con los partidos que han participado en las conversaciones para formar Gobierno. No está nada claro si el Ejecutivo de coalición que salga de este pacto incluirá a todos los grupos que han facilitado la reforma del Estado o algunos, especialmente los verdes (Groen! -flamencos- y Ecolo -valones-), se quedarán fuera.
Las dos formaciones ecologistas se mostraron dispuestas a formar parte del Gobierno, siempre que puedan entrar juntas y ser tomadas en consideración en las mismas condiciones que el resto. Olivier Deleuze, diputado de Ecolo, advirtió ayer, según recogió Efe, de que en caso de participar en el nuevo Gobierno cada uno de los partidos tendría que contar con un ministro.
El acuerdo, que dará lugar a lo que algunos han llamado la sexta reforma del Estado desde que Bélgica optó por el federalismo en 1970, será presentado formalmente el martes en el Parlamento, durante la reapertura del curso político.