El delantero realista reconoce estar en un buen momento de forma y resta importancia a la sobrecarga que le ha impedido entrenarse con normalidad los últimos días por precaución. Espera estar disponible para jugar en Zaragoza.

¿Esperaba un comienzo de temporada tan positivo?

Al principio de la pretemporada ni sabía cual iba a ser mi situación. Todas las pretemporadas intento empezar lo mejor posible. Tras un año complicado, que venga un nuevo entrenador te da más esperanza para agradarle y tener una nueva oportunidad. Me he esforzado por ganarme su confianza y he podido empezar jugando. Físicamente me encuentro bien, con buenas sensaciones y espero seguir así.

¿Ha sido uno de los beneficiados por el cambio de entrenador?

Personalmente me beneficia. A otros niveles no sé cómo será, pero a mí este cambio me abría una nueva puerta y la trataré de aprovechar. La del año pasado no era una situación fácil. Cuando jugaba tenía buenas sensaciones, veía puerta en Liga y Copa y no encarrilaba partidos. Era lo que me tocaba vivir pese a tener las mejores sensaciones en los pocos minutos que jugué. Siempre he estado tranquilo, he confiado en mí tanto el año pasado como en los anteriores y cuando he tenido oportunidades he estado satisfecho y he podido marcar. Este año me salen las cosas bien, hago lo mismo de siempre, pero tengo minutos y confianza y eso el jugador lo valora y lo nota.

Desde que empezaron los fichajes de extranjeros no ha habido ningún delantero de Zubieta que ha tenido continuidad. ¿Es el puesto más difícil para lograrlo?

Tanto en este club como en otros. Es el puesto en el que más se exige y se traen de fuera. Es lo normal, pero esto te sirve para tener una motivación extra. Es como un hándicap para mí poder ser delantero titular en un puesto tan difícil. Me lo tomo con toda la ilusión del mundo.

¿Cómo vivió que este año también se buscara un delantero?

Con naturalidad. Sabemos que cada verano se intentan fichar delanteros y lo tomas con naturalidad porque son los puestos que intentan reforzar casi todos los equipos y eso no puede distraerte. Al final no vino ninguno y estamos buenos delanteros en la plantilla y tengo la motivación de trabajar y aprovechar las oportunidades que el año pasado no pude tener con jugadores parecidos. La temporada es larga y contar con delanteros de tanto nivel beneficia al equipo.

¿Sueña con tener la continuidad y el rendimiento de Kovacevic?

Ojalá. Soy joven y ojalá pueda seguir progresando y poco a poco pueda tener un nivel alto en la Real. Darko ha sido mi ídolo por la época que me tocó vivir. Iba de txiki a Anoeta y era el delantero. Ahora estoy marcando goles de cabeza como hacía él, aunque lo hacía mucho mejor (sonríe). Pero estoy teniendo suerte de marcar y ojalá siga así.

Para ello deberá renovar un contrato que acaba en 2013.

No hemos empezado a hablar. Me quedan dos años y estoy tranquilo. No me han dicho nada todavía. En el fútbol nunca sabes, pero si sigo jugando y estoy a gusto me gustaría seguir muchos años en la Real.

Su caso es curioso porque pasó por Lezama antes de venir a Zubieta pese a ser de Usurbil...

Jugaba en el Antiguoko, que en esos años tenía convenio con el Athletic. Íbamos a jugar torneos con Amorrortu de director deportivo de Lezama. Ellos querían que fuera y quise probar esa experiencia. Luego decidí regresar para seguir formándome en el fútbol semiprofesional. Tras dos años allí, tuve la oportunidad de volver a casa. Mi ilusión era jugar en la Real y por eso tomé esa decisión de venirme.

Muy pronto debutó con el primer equipo, pero luego hubo unos años en los que dejó de contar e incluso subió Díaz de Cerio...

Siempre he tenido las cosas claras. Cuando Iñigo pasa al primer equipo es porque un entrenador confía en él y a mí me toca esperar y trabajar para que un entrenador confiara en mí. Con el tiempo sabes cómo funciona el fútbol y debes seguir trabajando y esperar tu oportunidad.

Al margen de la cesión al Castellón, siempre ha querido quedarse para pelear por el puesto menos cuando el año pasado estaba decidido a irse al Valladolid...

Hablé con el entrenador y con la gente de aquí. Expliqué mi situación. Sabía que era joven y que lo importante era jugar. En la primera mitad de la temporada vi que había jugado muy poco y que ni marcando iba a tener posibilidades. Se decide que era una buen opción salir cedido. Lo veía con buenos ojos, pero al final con la lesión de Joseba empieza a haber dudas y me dicen que me voy a quedar porque iba a jugar y tener muchas oportunidades. No fue así, pero seguí trabajando para estar lo mejor posible cuando me tocara.