ROLDAN JIMENO ARANGUREN | Profesor de Historia del Derecho
«El Papa Julio II le concedió a Fernando de Aragón el derecho a conquistar Navarra»
En las jornadas «Revisando la conquista de Navarra», organizadas por UEU en Iruñea, Jimeno Aranguren explicó ayer que la razón para invadir Navarra fue una bula del Papa Julio II: la Iglesia Católica, por primera vez, destronaba a unos reyes legítimos, para entregar el Reino a Castilla, quien lo tomó por las armas.
¿Cómo se pudo justificar jurídicamente la ocupación militar por parte de Castilla?
La creación de títulos reúne tres elementos: el primero es la justicia de la guerra provocada. Fernando el Católico fue el primero en señalar el título de guerra justa, al comienzo de la conquista. En ese sentido, tiene el valor de la inmediatez. El segundo argumento es que la acción militar era justa porque era necesario el derecho a transitar por Navarra. En tercer lugar, quienes apoyaron la justificación de la ocupación utilizaban el título complementario del respeto a los tratados internacionales. Es decir, Castilla e Inglaterra eran aliadas. Así, a Castilla le correspondía ayudar a Inglaterra en la ocupación del territorio de la Guiana (región sur-occidental de la actual Francia). En consecuencia, necesitaba transitar por Navarra.
Frente esa justificación, ¿qué función cumplió la bula de Julio II?
Como consecuencia de dos bulas papales, el Papa Julio II destronó a los Albret, reyes legítimos de Navarra, al excomulgarles. El Papa decretaba que los bienes de quienes habían actuado contra la Santa Sede, los de sus aliados o de quienes habían ayudado a Francia debían pasar a dominio público, «para que el que los tome, se apodere de ellos». Aunque las bulas no mencionaban de manera explícita a los Reyes de Navarra, más tarde acusaron a Juan (Joanes) y Catalina de Albret de delitos de cisma y herejía. Les condenaban al castigo de excomunión y a que todos sus bienes (incluido el Reino) fuesen confiscados. Teniendo en cuenta que Castilla ayudó al Papa en la guerra, la capitulación de esa Alianza Santa (donde no se mencionaba expresamente a Navarra) le reconoció a Fernando de Aragón el derecho a conquistar el Reino.
¿Castilla tenía suficiente poder religioso, político o económico como para incidir en la actuación de la Santa Sede?
Sí, en aquel momento la Iglesia católica estaba altamente corrompida y Castilla era la primera potencia mundial. Los intereses de la Santa Sede en Italia coincidían con los de Castilla-Aragón y, por lo tanto, eran opuestos a los del Rey de Francia
¿Una vez justificada la conquista, qué implicó la incorporación de Navarra a la Corona de Castilla?
Fue una cuestión decisiva para el futuro del Reino conquistado. En un principio, parecía que se trataba de una anexión extraordinaria, porque el conquistador era el Rey de Aragón y la naturaleza del bien conquistado difería de otros bienes patrimoniales. Fernando el Católico tenía tres posibilidades: incorporar Navarra a la Corona de Aragón (donde él era el rey), incorporarla a la de Castilla o establecer una vinculación directa. Al mismo tiempo, el Rey de Aragón también era gobernador de Castilla y administrador de la misma. Según parece, los castellanos no se mostraron entusiastas con su administración, ya que consideraban que había recaido sobre ellos el esfuerzo militar de la conquista de Navarra. El viejo monarca pretendió evitar conflictos e incorporó Navarra a la Corona principal, la Corona de Castilla y León.
¿Cuál era la extensión del Reino de Navarra en esa época?
Más o menos, sería la misma extensión que la de la actual Comunidad Foral. Navarra ya había perdido la Rioja Alavesa al final de la Edad Media y los Arcos también habían sido conquistados, aunque posteriormente volvieron a Navarra. Como resultado inmediato de la conquista, los Reyes de Castilla sometieron durante unos años a los territorios de la Baja Navarra. Sin embargo, Carlos V los liberó, por razones estratégicas. Desde entonces, existieron dos Reinos de Navarra, con dos reyes diferentes, a pesar de que el de la Baja Navarra (Albret) fuera también el Rey legítimo de toda Navarra.